La dinámica global nos exige cuestionar los paradigmas laborales transmitidos de generación en generación. Desde temprana edad nos inculcan la costumbre de elegir el camino que debemos recorrer o la carrera en la que nos queremos especializar, restándole importancia a ese largo proceso de maduración para llegar al punto en el que, según nuestra personalidad, experiencias, influencias, sueños y aspiraciones nos preguntamos ¿cómo queremos ganarnos la vida? y ¿cómo podemos ser útiles a la sociedad?, se conoce de países donde el puesto de trabajo es hereditario, fundamentado bien sea por legislaciones estatales o por políticas de las empresas, asimismo en muchas familias se estudia lo mismo que estudió papá… o lo que diga papá; en fin, muchas personas aún tienen la expectativa de que un puesto de trabajo representa tener algo estable, lineal y singular… con retribución monetaria mensual hasta que llegue la jubilación. Pero ¿cómo converge este estatus quo con la velocidad de transformación de una sociedad tecnológica donde la demanda laboral exige competencias para trabajos complejos, especializados, colaborativos y en constante evolución?
Hoy en día, la automatización es una fuerza disruptiva que está transformando cada industria, cambiando nuestra manera de producir, de comercializar, de innovar, de trabajar y de tomar decisiones. De la mano con esta “Cuarta Revolución Industrial” también hemos estado cambiando nuestra manera de comunicarnos, de interactuar y de aprender pero todavía necesitamos cambiar nuestra percepción de los trabajos futuros. Los trabajos del futuro son los trabajos que realizan tareas utilizando nuevas herramientas para resolver viejos problemas y explorar nuevas oportunidades. Los trabajos futuros también serán aquellos que impliquen comprender qué sistemas, herramientas y procesos se requerirán en la era digital, y cómo crearlos y operarlos.
Con el avance tecnológico y el crecimiento digital, el 47% de las profesiones actuales desaparecerán dentro de veinte años, de acuerdo a estudios de la Universidad de Oxford. Además, el 90% de los trabajos que se mantendrán, sufrirán alguna transformación y requerirán de nuevas competencias laborales. De todas formas, con este tipo de cambios también surgen nuevas oportunidades, como la transformación y creación de perfiles profesionales que cumplan con las necesidades que van surgiendo. Algunas de estas profesiones serían:
Analista y Programador del Internet de las Cosas (IoT): Cuyo concepto se podría resumir como la interconexión de objetos digitales a través de Internet. Teléfono celular, nevera, televisor, horno microondas, aire acondicionado, etc. Los miles de millones de sensores que se instalarán en las cosas se convertirán en una industria de nueve trillones de dólares para el año 2020.
Arquitectos de Realidad Virtual: Porque en un futuro, se necesitarán personas con conocimientos en desarrollo de videojuegos, sociología y psicología. Es decir, que las personas deberán tener una formación en programación, gamificación, realidad virtual y aumentada, pero también tener conocimientos en humanidades para que los psicólogos y sociólogos que lo deseen puedan aplicar sus estudios en las nuevas tecnologías.
Científicos de datos: Porque el lucrativo negocio del Big Data generó cerca de 115.000 millones de Euros en el 2015. Las personas que trabajan en esta área tienen conocimientos analíticos, de programación y lógica. Por lo general, están formadas en matemáticas y estadística aplicada a las nuevas tecnologías.
Diseñador de Órganos: Se necesitan profesionales de la rama de la medicina con conocimientos de impresión de órganos en 3D para trasplantes y experimentación médica. También serán valorados todos aquellos con conocimientos en bio-impresión, para investigar el desarrollo de nuevos materiales y técnicas para lograr órganos cada vez más parecidos a los humanos.
Robotista: En el futuro, se requerirán profesionales con conocimientos de ingeniería y ciencias de la computación, especializados en el desarrollo de robots. Además de formarse en ingeniería e informática, se valorará que tengan conocimientos de inteligencia artificial e impresión 3D.
Diseñador de redes neuronales artificiales: Se necesitará personal especializado para trabajar en el funcionamiento del cerebro y en la tecnología necesaria para replicarlo de forma artificial. Estos profesionales deberán tener conocimientos de lógica, matemática, programación y filosofía para el desarrollo de nuevas aplicaciones sobre esta tecnología.
Abogado especializado ciberseguridad: Los drones ponen en riesgo la seguridad de las personas y hace falta un marco regulador en este sentido. Se necesitan profesionales que permitan su expansión pero que a la vez la controlen y la limiten. Para desarrollar este marco legal se necesitan abogados con conocimientos en tecnología, para tener conciencia del impacto de estos nuevos desarrollos sobre nuestras vidas.
En el futuro, reinventarse será un imperativo constante de la vida laboral, la innovación será un proceso cada vez más interdisciplinario y progresivamente colaborativo. Es fundamental la adaptación a los cambios y la constante actualización en el área que cada quien se desenvuelva, es decir, darle prioridad a la autoeducación debido a que para llegar más lejos es primordial tener fundamentos sólidos y el que se queda haciendo siempre lo mismo, a la larga se queda atrás.
Fuente: ProEconomía