Se achica la brecha de género pero las mujeres tienen menos poder político y el doble de trabajo doméstico. El Foro Económico Mundial advierte sobre nuevas brechas que surgen en torno las habilidades vinculadas a tecnologías avanzadas e Inteligencia Artificial
Los indicadores que el Foro Económico Mundial utiliza para medir el avance hacia la equidad de género en las naciones que lo integran tuvieron una ligera mejora en el último año.
En los casi 150 países analizados a partir de cuatro categorías – Oportunidad y participación económica; Logros Académicos; Salud y Supervivencia, y Poder Político- la diferencia sigue siendo en desmedro de las mujeres, más allá de los pequeños avances. La inequidad sólo se achicó un 3,6% desde 2006, cuando comenzó a realizarse este estudio.
Pero esta brecha que calcula el organismo se redujo en esta última edición: la distancia completada hacia la paridad en la población global es de 68%, lo que significa que falta avanzar un 32% para cerrarla definitivamente.
Esto implicó una reducción del 0,3% de las desigualdades en promedio desde el año pasado, y se registraron mejoras en los indicadores relevados en 89 de los 144 países que participaron en ambas ocasiones.
La mala noticia es que en ese marco, la brecha global tardaría 108 años en cerrarse, aseguran los especialistas del Foro. Son ocho años más que lo que se estimó en 2017.
Europa occidental es la región con el más alto nivel de paridad general (75,8%) seguida de Norte América (72,5%) y Latinoamérica (70,8%). Si las tendencias actuales se mantuvieran, mientras en la primera de esas regiones la brecha se cerraría en 61 años, en América Latina se demoraría 74.
Los países que más avanzaron desde 2017 son:
1. Islandia
2. Noruega
3. Suiza
4. Finlandia
5. Nicaragua
6. Rwanda
7. Nueva Zelanda
8. Filipinas
9. Irlanda
10. Naimbia
Argentina quedó en el puesto 36 de acuerdo a la paridad alcanzada, es decir, muy por encima del promedio de los países del Foro. Es más, en la región solo Nicaragua, Costa Rica y Bolivia la superaron.
“Argentina y Colombia (40) permanecen como los dos países más equitativos en cuanto a género entre las economías grandes de Latinoamérica y el Caribe, aunque hayan descendido varias posiciones desde el año pasado. Argentina ve un pequeño incremento en la paridad en cuando a los ingresos estimados de las mujeres y al acceso a puestos de legisladores, funcionarios y managers”, afirma el documento del Foro.
El país se ubicó en el puesto 114 este año en cuanto a participación económica de la mujer, 63 respecto de logros académicos, y en el 23 en la categoría de poder político y posiciones de liderazgo entre el género femenino.
Desigualdades
A nivel global, la mayor brecha de género es respecto del Poder Político, donde el trecho que falta recorrer es del 77,1%. Tardará unos 107 años para cerrarse al ritmo actual, de acuerdo al Foro.
Solo en 17 de 149 países hay una mujer como cabeza de Estado. Y en promedio 18% de los puestos de ministro y 24% de los parlamentarios son ocupados por un nombre femenino en la actualidad.
Más aun, al tomar los mercados en los que hay datos disponibles, el Foro concluye que sólo un 34% de las posiciones de management y liderazgo pertenecen a las profesionales, y el número se reduce a 7% en naciones como Egipto, Arabia Saudita, Yemen y Pakistan.
En la Argentina, datos relevados por la consultora de talento Spring Professional en diciembre, confirman que el panorama está apenas por encima del promedio global.
Los resultados muestran que sólo 4 de cada 10 puestos de alta dirección en el país son ocupados por mujeres y que, si bien la proporción aumenta levemente al consultar sobre mandos medios (41%), no dejan de ser porcentajes que pueden ser mejorados. Pero solo un 27% de los consultados aseguraron que en la empresa en la que trabajan se han tomado medidas para promover la equidad de género.
La segunda mayor brecha a nivel mundial es en el área de participación económica (41,9% en promedio global). Los analistas del Foro conclyeron que la igualdad de género en el plano laboral llevaría unos 202 años para ser conseguida al ritmo actual.
“A pesar de que la brecha en esta área se ha cerrado muy levemente este año, el progreso ha sido lento, especialmente en lo que refiere a la participación de las mujeres en la fuerza laboral, donde la brecha de género ha retrocedido levemente”, indica el informe.
Solo 29 de los casi 150 países analizados disponen de datos actualizados al respecto, pero con esas estadísticas el Foro afirma que las mujeres pasan, en promedio, el doble de tiempo que sus pares varones haciendo tareas del hogar y de cuidado, entre otras actividades no remuneradas.
En Argentina los últimos datos del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) muestran que la situación no es tan distinta del promedio global. Aseguran que persiste una brecha de género en la participación laboral: un 58% de las mujeres trabaja o busca trabajo, mientras un 80% de los varones lo hace.
“Las mujeres tienen más probabilidades de ser excluidas del mercado de trabajo, particularmente cuando provienen de hogares con ingresos más bajos; tienen hijos de menos de seis años; alcanzan niveles educativos menores; y/o son más jóvenes”, apuntaron desde CIPPEC.
“Las mujeres suelen encontrarse mayormente en situación de desempleo o trabajando en puestos no registrados. Dado que tanto la desocupación como la informalidad suelen incrementarse en contextos recesivos, ellas pueden encontrarse en una situación de mayor vulnerabilidad frente a las crisis económicas” (Sachetti)
Como dos caras de la misma moneda, el organismo destaca el tiempo que las argentinas dedican al trabajo no remunerado y al cuidado de otras personas en el hogar. Casi el doble de mujeres que de varones cuidan a terceros, y ellas dedican dos horas más por día que ellos a esta tarea (seis contra cuatro).
“Durante las recesiones económicas, los obstáculos que enfrentan para insertarse plenamente en el mercado de trabajo se exacerban, especialmente para las de hogares de menores ingresos. Algunas se ven obligadas a aumentar su participación en el mercado de trabajo para suplir la caída de poder adquisitivo en el hogar. Otras se ven forzadas a trabajar menos fuera del hogar, dada una tensión, por ejemplo, en los esquemas de provisión de cuidados”, explicó Gala Díaz Langou, directora del programa de Protección Social de CIPPEC.
En consecuencia, en un 2018 en el cual hubo crisis económica y una inflación superior al 40% anual, según relevó este organismo basándose en la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, fue necesario que muchas trabajadoras salieran al mercado laboral o buscaran incrementar su participación.
“Observamos en el último año que el leve aumento en la tasa de actividad (es decir, el porcentaje de personas mayores de 14 anos que buscan activamente o tienen un empleo) fue impulsado por una mayor participación laboral de las mujeres. La primera se incrementó de 58,3% a 58,7% interanual (al tercer trimestre 2018), mientras que la tasa de actividad femenina aumentó de 47,9% a 49,1%”, detalló a este medio Florencia Caro Sachetti, coordinadora de proyectos del Programa de Protección Social de CIPPEC.
“Resulta llamativo que este incremento se explica enteramente por una mayor participación laboral de las mujeres de entre 30 y 64 años, ya que entre aquellas entre 14 y 29 años disminuyó interanualmente (de 40,2% a 39,8%) y para los varones cayó 0,3 puntos”, amplió.
Una tendencia similar se observa en la tasa de empleo: si bien la tendencia general se mantuvo constante al hacer la comparación interanual (53,4%), el único grupo para el cual aumentó el empleo fueron las mujeres entre 30 y 64 años (pasó de 61,6% a 63,6%). Para las de 14 a 30, su tasa de empleo cayó de 32,4% a 31,3%.
Sachetti demostró que la desocupación es un fenómeno que pega más fuertemente en el grupo de las jóvenes: “Las mujeres suelen encontrarse mayormente en situación de desempleo o trabajando en puestos no registrados. Dado que tanto la desocupación como la informalidad suelen incrementarse en contextos recesivos, ellas pueden encontrarse en una situación de mayor vulnerabilidad frente a las crisis económicas”.
Educación para el futuro
En lo que refiere a logros académicos y acceso a servicios de Salud –las otras dos categorías que evalúa el Foro- las diferencias de género son significativamente menores: la brecha es de 4,4% y 4,6% respectivamente, en los promedios de todos los países.
El 65% de las niñas y el 66% de los niños están inscriptos en escuelas secundarias a nivel mundial. Solo el 39% de las mujeres y el 34% de los hombres reciben una educación superior, indicó el Foro. Esta grieta está en camino a cerrarse en 14 años, aseguran los analistas.
En Argentina, la Encuesta Permanente de Hogares muestra que las mujeres alcanzan un mayor nivel educativo: ellas son mayoría entre quienes terminan el secundario y también representan casi el 60% de los estudiantes universitarios, según datos de 2015 de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación.
“En este sentido, las mujeres cuentan en promedio con más años de educación, pero tienen una menor participación laboral y también mayores dificultades para alcanzar puestos de liderazgo”, remarcó Sachetti.
Por otro lado, remarcó que también en este aspecto las responsabilidades de cuidado y los embarazos no intencionales suelen ser factores que influyen en la deserción educativa de las mujeres. “Se requieren políticas públicas que contribuyan a reducir y redistribuir el trabajo de cuidado y no remunerado entre varones y mujeres y que ayuden a garantizar el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos”, reclamó.
Como se ha visto, una mayor cantidad de mujeres completan instancias de educación superior pero no por ello ese dato redundó en una mayor equidad en la distribución de la riqueza y de los puestos de decisión ni el ámbito público ni el privado. Y esas diferencias podrían acentuarse aún más a medida que la economía globalizada ingresa en una nueva Revolución Industrial, con su consecuente redistribución de tareas entre hombres y máquinas.
El informe del Foro Económico Mundial esta vez hizo un hincapié especial en una brecha vinculada a la cultura digital, a partir de un análisis conjunto con la red social para profesionales, LinkedIn, y evaluaron la representación femenina entre los profesionales con las habilidades más requeridas por los empleadores en relación con trabajos de Inteligencia Artificial
Encontraron que solo el 22% de las profesionales en el área de Inteligencia Artificial son mujeres. “Esto genera una brecha de género del 72%, que ha permanecido como una constante en los últimos años y no presenta indicativos de una tendencia a mejorar en el futuro”, subraya el reporte.
Los especialistas del Foro Económico Mundial advierten que esta brecha generará un empeoramiento de las oportunidades económicas para las mujeres, así como también una fuerza de trabajo en IA muy poco diversa, limitando su capacidad de innovación.
Fuente: iProfesional