Cuando hablamos de economía circular es frecuente pensar que es una cuestión de macroeconomía o, al menos, que la iniciativa la tienen que llevar las grandes empresas.
¡Nada más lejos de la realidad! El paradigma circular también puede transformar pequeñas empresas, negocios y nuestro estilo de vida.
Si nos fijamos en negocios, como comercios y tiendas, éstos son elementos habituales de nuestro paisaje urbano. Son lugares de socialización, de encuentro, de compartir información, experiencias, y de transmitir valores que conforman nuestra sociedad tal cual es.
Por ello, un comercio o tienda comprometida con la sociedad donde desarrolla su actividad debe trabajar, por ejemplo, en reducir su huella ecológica y, por tanto, su impacto ambiental.
Como sabéis, en nuestro ánimo de introducir buenas prácticas nos gusta sintetizar una serie de recomendaciones que allanen el camino de la sostenibilidad a cuantos más mejor.
Si quieres hacer circular tu negocio puedes tener en cuenta estas 5 acciones:
1. Reorganiza tus procesos
Abordar la transición a una economía circular es una buena oportunidad para replantearnos las diferentes operaciones que realiza el comercio.
No solo hablamos de optimizar tareas a nivel de tiempo y costes, sino enfocarlas de nuevo empleando innovaciones que nos permitan ahorrar recursos y reducir la generación de residuos y la contaminación.
Esto nos permite una doble reducción de gastos: ahorro en materias primas y auxiliares y suministros, y por otra parte, en costes de gestión de residuos, cánones de vertidos, seguros …
2. Valoriza los residuos y los productos secundarios
Recordemos que en economía circular un residuo es un recurso mal ubicado.
La colaboración en la gestión de residuos, como envases y embalajes, conlleva una reducción del impacto ambiental genérico del comercio pero también abre un abanico de posibilidades ecointeligentes.
Desde la restructuración de los espacios del negocio, a la sustitución de materiales de los productos y sus envases y embalajes para hacerlos más reutilizables / reciclables.
Un paso más avanzado es analizar las posibilidades de convertir residuos y subproductos en productos que otras actividades económicas pueden emplear como materia prima, haciendo realidad uno de los postulados de la economía circular.
3. Rediseña productos
En el caso que tu comercio tenga líneas de productos propios, puedes replantear su diseño y desarrollo para dar un paso clave.
Puedes incluir criterios de diseño sostenible como la selección de materias primas idóneas con baja incidencia ambiental y de proveedores próximos, la repercusión en tecnologías de proceso, la consideración de alargar su ciclo de vida, la sencillez, la multifunción y bajo consumo de recursos en la fase de uso, hasta las facilidades para la reutilización y de recuperación de sus materiales.
Este nuevo diseño sostenible desarrolla factores que nos llevan a disponer de productos que destacan por unos menores costes en la fase de uso, por su mayor durabilidad y por una mayor reducción de impactos a lo largo del ciclo de vida del producto.
4. Reinventa los mercados
Los departamentos de marketing, ventas y postventa tienen que ocuparse de que los clientes estén bien informados sobre las ventajas del producto, sus atributos sostenibles, destacando de manera transparente el coste económico del servicio que da el producto (como referencia relevante), y no únicamente el precio de venta.
De ahí que se importante informar sobre el origen y proceso de las materias primas y semielaborados que de manera responsable se han adquirido.
También es indispensable comunicar los atributos sostenibles de los productos y del comercio, lo que sin duda mejora en el posicionamiento y reputación del negocio.
Atender al cliente, no defraudar sus expectativas y mantenerle bien informado, es el mejor consejero para un óptimo desarrollo de nuevos productos y servicios.
Cuanto más directo y constante sea el contacto con el cliente, mayor es la posibilidad de captar las crecientes expectativas relacionadas con la sostenibilidad y ofrecerle las soluciones que espera.
Entre las diferentes y variadas posibilidades para reorientar la unión entre la demanda de los clientes y las ofertas de los productores, se pueden introducir, por ejemplo, la conversión de productos en servicios, consiguiendo soluciones diferenciales y sostenibles alineadas con la economía circular.
Para finalizar nos gustaría recordar que la economía circular es más que un mero concepto económico relacionado con la sostenibilidad. Su objetivo es que borremos de nuestra mente y de nuestro vocabulario el concepto de residuo, desecho o desperdicio y que lleguemos a pensar únicamente en recursos.
Y tu, ¿te unes al resto de circularizar nuestra economía?
Fuente: ecointeligencia.com