El Harvard Business Review realizó una descripción de los que considera que pueden ser los posibles escenarios para lo que queda del año en función de la evolución del virus, la respuesta de las economías mundiales, y consecuentes senderos de recuperación. A continuación, se hace una breve reseña de los mismos.
Escenario 1: Lo peor ya pasó. La transmisión en China ya se ha ralentizado. Aunque algunos brotes aislados ocurren en otros lugares, estos no crean una propagación masiva de la enfermedad. A medida que el número global de casos se estabiliza, la economía de China vuelve a la normalidad y hay poco impacto fuera de algunas áreas como Irán, que no son importantes para la economía global. El PIB de China recibe un gran golpe en el primer trimestre de 2020, pero se recupera en el segundo y tercer trimestre, aunque parte de la producción perdida nunca se recupera. Empresas específicas fuera de China experimentan interrupciones en el suministro a corto plazo, pero el impacto en la economía global es limitado y temporal.
Escenario 2: El virus se sigue propagando y los países caen como fichas de dominó. Aunque la propagación de la enfermedad en China se desacelera, los brotes ocurren de forma continua en todo el mundo, tipo dominó. A medida que una zona se recupera, otra entra en cuarentena. Cada brote requiere ralentizar la producción en esa área, y en un mundo globalizado, eso significa interrupciones continuas en diferentes regiones e industrias a medida que ocurren y se controlan los brotes. El impacto general es interrumpir la actividad económica lo suficiente como para desacelerar el crecimiento global. Las empresas que sean lo suficientemente ágiles para gestionar el cambio de proveedores y que tengan suficiente liquidez para sobrevivir a períodos de bajas ventas e ingresos tendrán una ventaja competitiva.
Escenario 3: Pandemia y pánico. Los centros económicos de todo el mundo están sujetos a cierres al estilo Wuhan a medida que las personas entran en pánico por la propagación del virus. Las decisiones descoordinadas país por país interrumpen el movimiento de personas y bienes. La fabricación mundial disminuye, ya que las empresas con cadenas de suministro internacionales solo pueden operar de manera intermitente. El turismo y las industrias relacionadas caen drásticamente, y las empresas y regiones basadas en el turismo sufren pérdidas irrecuperables. El PIB mundial se estanca, el comercio internacional cae y una recesión global es una posibilidad clara.
Escenario 4: Crisis financiera. Los retrasos en los envíos y los cronogramas de producción crean problemas financieros para las empresas altamente endeudadas, especialmente en los Estados Unidos. La disminución en los mercados de renta variable globales y el flght to quality —inversores que venden activos como bonos de alto rendimiento y acciones volátiles— expone a los inversores con necesidad de liquidez. Los bancos centrales luchan para manejar el problema. Los mercados financieros y la economía global se recuperan después de una recesión en forma de
Senderos de recuperación posibles
Ya sea que las economías puedan evitar la recesión o no, el camino de regreso al crecimiento bajo Covid-19 dependerá de una variedad de factores, como el grado en que la demanda se retrasará o se fernará, si el shock es realmente temporario o permanente, o si hay daño estructural, entre otros factores. Es razonable esbozar tres escenarios generales, que se pueden describir como V, U, o L.
En forma de V: Este escenario describe el choque “clásico” a la economía real, una caída fuerte y temporal del producto, pero el crecimiento finalmente se recupera en el segundo trimestre o semestre del año. En este escenario, las tasas de crecimiento anual podrían absorber completamente el shock. Este tipo de recuperación es la que predominó en la historia económica mundial frente a shocks de este estilo y es compatible con el escenario 1.
En forma de U: Este tipo de recuperación es compatible con el escenario 2, donde el shock persiste y, aunque se reanuda la ruta de crecimiento inicial, hay una pérdida permanente de producción. La probabilidad de ocurrencia de este tipo de sendero dependerá de cómo evolucione la pandemia, en particular cuando se termine de expandir hacia el hemisferio sur a partir del segundo trimestre, con la llegada del otoño.
En forma de L: La economía mundial entra en un bache de crecimiento menor a su tendencia y se estanca ahí. Para que esto se materialice, tendría que crecer en la capacidad de Covid-19 de hacer un daño estructural significativo, es decir, romper algo en el lado de la oferta de la economía: mercado laboral, formación de capital o la función de productividad. Esto es difícil de imaginar incluso con supuestos pesimistas. Compatible con el escenario 3.
El Covid-19 definitivamente se ha convertido en un shock negativo para la economía mundial. Desde la interrupción en las cadenas de valor y suministros mundiales, cierre de puertos y fronteras; hasta la posible cancelación de los Juegos Olímpicos en Tokio a mitad de año. Los países del mundo se tratan de aislar, pero dado el nivel de integración de su economía, todos sufren las consecuencias. Las medidas precautorias hacen desplomar el turismo, el comercio, y los mercados financieros. Hasta dónde llegarán los efectos de esta nueva crisis, y cuáles serán sus costos, aun nadie lo sabe, pero el mundo debe prepararse para un 2020 con un crecimiento menor al estimado.
Fuente: IEM – http://fceye.usal.edu.ar