Por Marcelo García.
En 2018 las energías renovables representaron solamente el 2,5% de la matriz energética nacional. Aunque aumentaron al final del año pasado, siguen muy alejadas del 8% que estableció la Ley Guinle, que debía alcanzarse en 2017. El gobierno de Macri incumple con las metas establecidas por ese instrumento legal.
Argentina se propuso modificar gradual pero drásticamente la matriz energética nacional, especialmente a través de un fuerte rol de las energías renovables. Así lo estableció el Congreso Nacional al aprobar la ley elaborada por el destacado senador nacional chubutense Marcelo Guinle (1947-2017). Hasta ahora apenas se llegó al 2,5% de la matriz energética nacional, y la gestión de Mauricio Macri incumplió los plazos establecidos por la ley y difícilmente pueda alcanzarlos este año.
La Ley Guinle estableció que para 2017 el 8% de la matriz energética debía ser aportada por las energías renovables, particularmente por la generación eólica y solar. Con ese fin, la normativa creada por el ex intendente de Comodoro Rivadavia –quien fuera presidente provisional del Senado y titular del Superior Tribunal de Justicia de Chubut– prescribe que para 2019 las renovables deberán cumplir el 12% del total de la energía nacional, mientras que para 2025 deberían cubrir el 20% de toda la energía generada en el país.
La gestión de Mauricio Macri se jacta de impulsar las renovables –sobre todo al inaugurar parques eólicos en la Patagonia y plantas solares en el NOA– pero los datos duros no reflejan ese panorama en la realidad y los anuncios presentados con bombos y platillos tienen cierto sabor a fracaso en términos cuantitativos.
Lo concreto es que la administración de Cambiemos incumplió hasta el año pasado los términos establecidos por la Ley Guinle. Su presunta prioridad energética no se refleja en los datos de generación en el terreno de las renovables, sino que más bien se observa que el epicentro energético del macrismo está puesto en Vaca Muerta y la explotación de los hidrocarburos no convencionales extraídos a través de la técnica del fracking.
Escaso crecimiento
Según los datos oficiales que dieron a conocer CAMMESA y el Plan Renovar, durante el pasado mes de diciembre el país consiguió su pico histórico de generación en el terreno de las renovables y se alcanzó el 4,5% del total energético producido en el país.
Cammesa –compañía mixta que administra el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) de energía– informó que en enero de 2018 la generación de energías renovables fue del 2% (241,3 GMh) y a mitad de año incluso bajó a 1,8%. Con la incorporación y puesta en marcha de los proyectos del programa Renovar en septiembre la generación de renovables fue de 3,5%, trepó en octubre al 3,9%, alcanzó el 4,3% noviembre y con los 488,6 GMh de diciembre pasado tocó su punto más alto de la historia al posicionarse en el 4,5% del total de la energía del país.
El promedio de las renovables en todo 2018 quedó estancado en el 2,5% del total energético del país, mostrando un incremento del 25%; ya que en 2016 y 2017 las renovables aportaron apenas el 2% del total de la matriz energética nacional. El dato más auspicioso es el salto conseguido en la segunda mitad del año pasado, cuando la producción se duplicó respecto a la primera mitad de 2018.
Ley Guinle, incumplida
La Ley 27.191 elaborada por el entonces senador Marcelo Guinle fue sancionada el 23 de septiembre de 2015 y promulgada el 15 de octubre de ese mismo año; y modificó la anterior normativa existente en materia de renovables que era la Ley 26.190 de finales de 2006.
La nueva normativa en materia de energías limpias estableció que para 2017 las renovables debían cubrir el 8% de toda la energía consumida en el país, pero con el 2,5% de promedio en 2018 se cumplen dos años consecutivos de incumplimientos de la Ley Guinle durante la gestión del presidente Mauricio Macri.
Con vistas al futuro, la ley que ideó el legislador chubutense estableció que para 2019 las renovables deberían cumplir el 12% del total energético consumido; por lo que para cumplimentar la normativa el crecimiento de este año debería del 380%. A priori parece una meta inalcanzable.
Guinle pensó más allá de la coyuntura, y en el texto de ley que elaboró estableció que para el 2021 las renovables deberán representar el 16% del total, trepar al 18% en 2023 y alcanzar el 20% durante el año 2025. Los escasos datos actuales de producción deberían aumentar 700% en este y los próximos seis años para poder cumplir con lo establecido por la ley.
Esperanzas ignoradas
En una entrevista mantenida con El Extremo Sur en mayo de 2014, el senador Marcelo Guinle sostuvo que “en realidad es una ley que no se ha aplicado, con un Fondo Fiduciario que se reglamentó tres años después que la sanción y que no tuvo aplicación ya que fundamentalmente estaba tratando de suplir una tarifa. Lo mismo pasó con todas las variables de la ley que realmente jamás se aplicó, por eso es necesario esto que estamos intentando para modificar y profundizar la ley, pretendiendo un giro muy importante porque estamos virtualmente en cero en materia de renovables por más que se diga que llegamos al 1,2% de renovables en la matriz”.
El legislador chubutense interpretó que si no se generan los mecanismos de incentivos “no arranca” el proceso de reconversión. Solo con esos incentivos consideraba “posible” llegar a las metas propuestas para la normativa en cuestión, inclusive dentro de los plazos cercanos ya establecidos. “Tenemos que ir derribando esta visión rígida de que la única salida pasa por los no convencionales, abriendo un frente nuevo que es económicamente conveniente y mostrando que no se puede atacar el problema de la crisis energética desde un solo lugar, sino que debemos abordarlo desde varios lugares y este de las renovables es uno complementario”, explicó.
Guinle sentenció hace casi cinco años que “lo importante es que tenemos recursos en todo el país, tanto en la Patagonia o en Buenos Aires con la eólica y la solar en el norte. Tenemos la oportunidad de aprovechar un Vaca Muerta en términos de recursos renovables”.
Lamentablemente, los denodados esfuerzos, negociaciones y pronósticos de Guinle –inclusive con cierta resistencia dentro de su mismo partido– no se cumplieron ni siquiera a través de la ley de su autoría, que el dirigentes consideraba su “legado”. Argentina sigue siendo un país esencialmente dependiente de la energía generada a través de los combustibles fósiles y las perspectivas llevan a pensar que en el futuro seguirá siendo igual.
Fuente: El Extremo Sur
