La “bicicleta” regresa con gloria: suben los depósitos en pesos y prometen ganar 7% en dólares en un semestre

En apenas un mes, los depósitos en pesos tuvieron un incremento de $68.500 millones, atraídos por las altas tasas de interés y el nuevo “dólar planchado”.

Nunca se fue, siempre está volviendo, como el legendario personaje del tango. En la City porteña, habituada a los vaivenes de la economía, saben que la “bicicleta financiera” puede tener algunos períodos de retracción, pero que inexorablemente regresará el período en el que un “dólar planchado” volverá a hacer las veces de ancla del resto de las variables.

Y eso es lo que está ocurriendo en estos días, en los que parece consolidarse la estabilidad con la política de banda cambiaria y con un Banco Central que envía señales en el sentido de que no está dispuesto a excederse en la emisión de pesos para defender el precio del dólar.

Lo cierto es que invertir en pesos a corto plazo para realizar una fuerte ganancia en dólares volvió a ponerse de moda en el mercado financiero, como lo demuestra la alta velocidad a la que están creciendo las colocaciones en pesos. Ahora, ya sin las Lebac, el grueso de la apuesta para los ahorristas se concentra en los depósitos a plazo fijo.

Es cierto que no es una práctica exenta de riesgo, ya que así como el Central no defiende un “piso”, tampoco asumió un compromiso de poner un “techo” en la eventualidad de que haya una disparada del tipo de cambio.

Los inversores lo tienen bien presente luego de la montaña rusa vivida en 2018: durante buena parte del año pasado, las Lebacs -que se habían convertido en las estrellas del mercado- de repente perdieron su atractivo cuando estalló la crisis cambiaria.

Como consecuencia de ello y con el paso de los días, los rendimientos que en un momento eran más que atractivos fueron ampliamente superados por el avance del dólar, en un período que se extendió hasta fines de septiembre.

En igual sentido, a partir de las elevadas tasas de inflación que se registraron durante buena parte del segundo y tercer trimestre del año, los que ganaron protagonismo fueron los plazos fijos ajustados por UVA.

Luego, con la flamante política monetaria impuesta por el Banco Central, la presión sobre el tipo de cambio comenzó a ceder, al igual que de alguna manera la inflación, lo cual trajo aparejado que se reavivara el interés por instrumentos ligados a la tasa de interés, como las Lecaps o los plazos fijos.

Así, con los niveles actuales de la tasa de interés, sumado a un tipo de cambio estable y pegado a la banda de no intervención, el debate sobre la conveniencia de subirse a la bicicleta financiera gana nuevamente el centro de la escena.

El desafío no es menor, más aun si se tiene en cuenta que aquel inversor que “se jugó” por el peso en 2018 sufrió importantes pérdidas, que en algunos casos llegaron al 25% en dólares en el año.

Las tasas, un atractivo irresistible

Pero a partir de la estrategia política del Gobierno que se basa en no permitir que el dólar se dispare de nuevo y aun más en un año electoral y con un BCRA más cauteloso que en el pasado, el retorno ala “bicicleta financiera” o “carry trade” parece ser el camino elegido por pequeños ahorristas y grandes inversores.

En opinión de Matías Roig, director de Portfolio Personal Inversiones, “desde octubre del 2018 ha sido muy buen negocio aprovechar las tasas altas en pesos”.

Por su parte, Daniel Artana, economista Jefe de FIEL consigna que los depositantes están haciendo la clásica bicicleta financiera aprovechando el dólar en el piso de la banda y tasas de interés por encima de la inflación.

No obstante, agrega que “los que no lo pueden hacer con la misma fluidez de antes directa o indirectamente a través de los bancos son los fondos del exterior”.

“Si los depósitos a plazo están subiendo, es porque de alguna manera están haciendo carry trade aprovechando la tasa que luce atractiva en comparación con la expectativa de evolución del tipo de cambio. Me parece que el Banco Central está manejando eso mejor”, concluye.

Y las cifras parecen ratificar esas apreciaciones. Desde el inicio del “Plan Sanderis” a principios de octubre de 2018, la tasa de interés promedio acumula una suba del 14%, mientras que en igual período el dólar pasó de $41,80 a los actuales $38,50, es decir que retrocedió un 8%.

Con esta bifurcación en los rendimientos de ambos activos, la bicicleta tomó especial ímpulso, ya que medida en dólares arroja una ganancia real superior al 24% en solo tres meses y medio.
El mayor dinamismo de los depósitos a plazo fijo se comprueba a partir de los datos que publica el Banco Central, ya que en el último mes el saldo de plazos fijos en pesos trepó un 10,9%, frente a una tasa de interés del orden del 4% mensual.

En términos monetarios, el monto total de plazos fijos que hace exactamente un mes era de $0,932 billones, pasó a ser de $1,034 billones, lo cual implica una suba del orden de los $101.000 millones. Si se compara esa cifra con el total de intereses acumulados desde mediados de diciembre, que es de unos $34.000 millones, se concluye en apenas 30 días ingresaron al sistema nuevos fondos por la diferencia, es decir cerca de $68.500 millones.

Una parte de esos fondos provino del vencimiento de depósitos con cláusula UVA, que en los últimos 30 días retrocedieron casi un 33%.

Cabe señalar que los plazos más requeridos por los ahorristas fueron los que van de 90 a 179 días, que avanzaron un 11,7% y los más cortos (30 a 59 días) ya que crecieron un 11,8%.

De alguna manera, quienes apuestan a períodos de colocación más largos toman en cuenta los motivos que vienen impulsando la baja de los rendimientos:

La estabilidad del dólar

El aumento de las colocaciones en plazo fijo por parte del público

El freno de la demanda de crédito.

En tal sentido, el último Informe Monetario elaborado por el BCRA, correspondiente a diciembre de 2018 considera que “las tasas de interés pagadas por los depósitos a plazo en pesos disminuyeron respecto a noviembre, reflejando parte del cambio de tendencia de la tasa de LELIQ”.

El informe agrega que “en particular, la Badlar de bancos privados finalizó diciembre en 49,5%, es decir, casi 2 puntos porcentuales por debajo de fines de noviembre. Una trayectoria similar siguió la tasa para depósitos mayores a $20 millones o TM20 de bancos privados, que terminó el año en 51,7%, acumulando una caída mensual de 3 puntos porcentuales”.

Ya en el transcurso de enero, esta tendencia a la baja se fue consolidando, ya que según el último dato disponible la Badlar se ubica en el 45,5% y la TM20 en 47,5%.

En cuanto a la distribución por el tipo de inversor, quienes primero “la vieron” fueron aquellos que administran fondos por encima del millón de pesos, ya que sus colocaciones crecieron casi un 16%, frente a solo el 5,6% de los minoristas.

Mirando para adelante

Según el habitual relevamiento que realiza el Banco Central, denominado REM, entre diferentes analistas económicos y financieros, todo indica que para el primer semestre del año la tasa promedio de plazo fijo aventajaría ampliamente tanto a la inflación –que es la medida que en condiciones normales toman los inversores locales como referencia– como al dólar, que es la referencia para los provenientes del exterior.

En tal sentido, a partir del consenso del mercado, se puede inferir que la tasa de interés acumulada para colocaciones bancarias a junio sería del 20,6%, frente a una inflación del 14,7% y un dólar que subiría por debajo del 13%.

De esta manera, la bicicleta financiera permitiría obtener un rendimiento del orden del 5% en pesos y del 7% en dólares, para un semestre. Es decir, un retorno en dólares difícil de conseguir en otras colocaciones financieras en el mundo.

Precisamente, según Roig, si bien “las tasas de referencia que tiene el inversor minorista son principalmente las de las LECAPS que han ido descendiendo en el mercado secundario. Así y todo, en un escenario de estabilidad cambiaria, con el dólar en el piso de la banda, y expectativas de inflación en baja- siguen siendo muy atractivas”.

“Ahora, claramente existe un tema de timing que dependerá de cómo se comportan los mercados internacionales y la evolución del local, no solo desde la visión económica, sino también política, que se deberá ir analizando para el manejo de las posiciones”, agrega el experto.

En igual sentido, desde el Banco Mariva sus analistas asumen que “las inversiones en moneda local lucen atractivas para los inversores que tienen como referencia las inversiones en moneda dura ya que esperamos que las altas tasas de los activos en pesos superen a la devaluación del tipo de cambio”.

Por su parte, los expertos de Balanz también ven con buenos ojos estrategias de carry trade, ya que en su opinión “las tasas en pesos se mantendrán elevadas y esperamos que el tipo de cambio se mantenga estable cercano a la banda inferior aunque no descartamos saltos esporádicos”.

“Bajo este escenario, recomendamos destinar los nuevos flujos a tasa en pesos y aprovechar el carry trade al menos por las próximas semanas”, sostuvieron.

A la visión de los analistas locales se sumó en estos días la de los expertos de CreditSuisse, que consideran que “si bien el Banco Central ya no garantiza un nivel mínimo para la tasa de interés de la política monetaria, la impresión es que la autoridad monetaria permanecerá cautelosa por el momento, buscando reconstruir su credibilidad”.

En tal sentido, agregan que “prevemos una disminución gradual de la tasa de política monetaria al 40% al cierre del ejercicio 2019 desde el 59% actual”.

Para su pronóstico consideran como positivo que “el Banco Central ha establecido objetivos para el nivel de la base monetaria hasta mediados de año y los ha superado desde que el actual régimen se implementó en octubre pasado”.

Adicionalmente, agregan que “esperamos que continúe dicho programa en los próximos meses, lo que debería ayudar a contener la inercia inflacionaria, combinada también con la continua eliminación gradual de los subsidios a la energía y la recuperación de los salarios”.

Fuente: iProfesional


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