Así se desprende del memorando entre el Gobierno y el FMI. La entidad recomienda una ley más fuerte contra la corrupción.
El rediseñado programa de reforma económica apoyado por el FMI está dando sus primeros resultados según coinciden tanto el Gobierno como las autoridades del Fondo.
De acuerdo a lo establecido en el Memorando de Política Económica y Financiera, los mercados financieros se han estabilizado desde fines de septiembre, luego de la adopción del nuevo marco de política monetaria.
Para el gobierno argentino, después de la apreciación de la moneda en octubre: el peso ha flotado dentro de la zona de no intervención y las tasas de interés a corto plazo han retrocedido a su nivel de fines de septiembre.
Un punto que, a juicio del Gobierno “consolidó la confianza en el plan de estabilización” fue la aprobación del presupuesto 2019 “con un amplio apoyo político”
Como resultado, la demanda de bonos argentinos se ha fortalecido y las primas de riesgo soberano se han reducido, aunque no dejan de aclarar que permanecen en niveles altos. Justamente este miércoles el riesgo país llegó a 781 puntos básicos.
Según el memorando “Argentina cumplió con todos los criterios de desempeño de esta etapa”
En sus primeros enunciados se explica que “la recesión que afecta actualmente a Argentina” es producto del “impacto de la grave sequía… así como el endurecimiento de las condiciones financieras externas”.
Por estas causas “ha sido necesario recalibrar nuestras políticas fiscales y monetarias para garantizar la estabilidad macroeconómica”. Reconocen que “esto inevitablemente afectará a la economía real a corto plazo” y explican que protegieron a los más vulnerables. Para luego reafirmar “que estas políticas sentarán una base sólida para el crecimiento y la estabilidad futuros.
Respecto de las expectativas económicas el documento afirma que “se espera que la economía comience a recuperarse en el segundo trimestre de 2019. Como consecuencia de una débil demanda interna es probable que la contracción se extienda hasta el primer trimestre del año próximo”, afirmación que sorprende ya que en la Casa Rosada se maneja que la recuperación comenzaría en marzo del año que viene.
La expectativa esta puesta que, en el segundo trimestre, se vislumbre un repunte en la agricultura (se espera recuperar totalmente el 30 por ciento producción perdida en 2018 por la sequía) debería conducir a una recuperación gradual de la actividad económica.
A continuación los aspectos más salientes del documento presentado por las autoridades al FMI:
Se espera que la economía se contraiga en un 1,75% en 2019 pero luego crecerá en 2020 y más allá.
En cuanto a la inflación, estiman que 2018 termine en alrededor del 47 por ciento, pero que caiga a 20% para finales de 2019.
El pronóstico de la baja de la inflación es apuntalado por un tipo de cambio más estable, una gran brecha en la capacidad de producción y la moderación en las próximas negociaciones salariales.
Una menor inflación y una política monetaria ligeramente menos restrictiva permitirán que las tasas de interés bajen gradualmente.
Este proceso junto con el ajuste fiscal, ayudará a sostener la inversión privada.
Se proyecta que el déficit de la cuenta corriente cierre el año en 5,2% del PIB, pero se proyecta una caída abrupta a 1.5% del PIB en 2019.
RIESGOS
“Los riesgos a la baja son considerables”, el propio documento estima que la actividad económica se recupere gradualmente en 2019 y se señala que la inflación debería caer en los próximos meses.
Sin embargo, advierte, un empeoramiento de las condiciones financieras mundiales, un cambio en la confianza en las políticas oficiales y / o incertidumbre asociados al ciclo electoral de 2019 podrían reavivar las presiones en el financiamiento de la cuenta de capital y del presupuesto.
El empeoramiento de la actividad económica y una presión inflacionaria más persistente podrían debilitar el apoyo a las políticas del Gobierno en los meses por delante.
En consecuencia, se señala que el éxito del programa se basa en la firmeza en la determinación de las autoridades de implementar su plan mientras continúa tomando medidas para mitigar el impacto en los segmentos más vulnerables de la población.
Otro de los puntos que señala es que “se necesitarán claros y consistentes esfuerzos de comunicación” con el propósito de “guiar las expectativas, mantener una base amplia de apoyo al programa y fomentar la confianza del mercado”.
También señala que una misión de asistencia técnica del FMI brindó asesoramiento sobre los pasos necesarios para alcanzar los objetivos de junio de 2019 referidos “a un plan de cumplimiento tributario, obligaciones de los contribuyentes, e impuestos básicos”.
Asimismo, anticipa que preparó una estrategia de gestión de la deuda (que contó con el asesoramiento del Fondo) que se publicará a fines del mes en curso.
EQUILIBRIO
El objetivo del equilibrio fiscal para 2019 sigue siendo “factible”, sostiene el documento.
En este sentido, señala que “el ajuste equivalente a 2,7% del PBI necesario para cumplir con esta meta se logra mediante mayores ingresos (los impuestos de exportación suman alrededor del 1,3 % y la venta activos del fondo de pensiones aportará 0,4%).
También se prevén menores transferencias a provincias (0,7%) en parte como consecuencia de transferir a los estados provinciales la responsabilidad de subvenciones en las tarifas del transporte y la energía eléctrica), menores subsidios energéticos (0,3%), recortes de capital y otros gastos corrientes (0,2% cada uno).
En un contexto de desaceleración de los índices de precios, se espera que el gasto en jubilaciones (que es indexado a la inflación pasada) aumente 0,3%.
AMORTIGUADORES
El documento advierte que “el presupuesto de 2019 contiene modestos amortiguadores para absorber choques negativos”.
El texto finalmente aprobado por el Congreso en noviembre contiene algunos cambios en el borrador inicial que se estiman que empeorarán el saldo fiscal en 0,17 %del PIB.
No obstante, se señala que el Gobierno considera que estos cambios no les impedirán alcanzar el objetivo de saldo fiscal primario cero para el próximo año, ya que serán absorbidos por los recortes de gastos en otras áreas (sub ejecución de partidas).
Se esperan algunos ingresos adicionales por las modificaciones introducidas en el Senado en el impuesto a los bienes personales (alrededor del 0,08%).
SALARIOS
“Será importante resistir las presiones en el sentido de mantener los subsidios a la energía y aumentar los salarios” advierte el documento previendo que en un año electoral será difícil mantener a los gremios conformes más aún si se tiene en cuenta que este año la pérdida del poder adquisitivo superó el 10% en promedio.
En el documento se menciona que el Gobierno acordó recientemente aumentos salariales para los empleados del sector público en diciembre, enero y febrero (aumentando los salarios nominales en un 14 por ciento en el primer semestre de 2019).
Dado que el presupuesto 2019 contempla un 34% de aumento anual en los salarios, esto requerirá limitar el próximo aumento (desde junio de 2019 hasta junio de 2020) a no más del 25% , en buen romance quiere decir que los estatales tendrán para el resto del 2019 la posibilidad de una suba en sus salarios que no supere el 25%.
SUBSIDIOS
La reducción de los subsidios a la energía sigue siendo un componente importante del reequilibrio fiscal. El presupuesto del próximo año prevé una reducción de los subsidios a la electricidad al aumentar las tarifas al equivalente del 90% de los costos de producción a finales de 2019.
Las autoridades deberán aplicar el marco regulatorio para trasladar los efectos de la depreciación del peso a los consumidores de electricidad y gas.
La decisión del año en curso de evitar que el traspaso de la devaluación resulta en un costo adicional de 0,1% del PIB (que se pagará a los distribuidores de gas en el período 2019-2021).
El personal del Fondo continuará explorando con las autoridades argentinas formas de mejorar la calidad y sostenibilidad del esfuerzo de consolidación fiscal.
El impuesto a las exportaciones (retenciones) es un impuesto distorsionante que las autoridades tienen la intención de mantener como una medida extraordinaria solo hasta finales de 2020.
REFORMAS
También el Gobierno aspira a reformas más profundas como ser:
Una racionalización de las exenciones del IVA.
Reforma de la administración de recaudación de impuestos).
Reforma del gasto (incluida la reforma de los sistemas jubilatorio y de empleo y del sector público) serán necesarios para hacer que la política fiscal sea más favorable al crecimiento mientras se siguen logrando los objetivos primarios de equilibrio del Gobierno.
En este sentido y dada la complejidad de tales reformas, y la necesidad de alcanzar un amplio consenso social en torno a ellas, “sería importante comenzar sin demora el trabajo preparatorio técnico para tales cambios de política” y aclara que en el caso de la reforma jubilatoria, esto implicaría establecer la comisión según lo estipulado por la legislación de 2016.
FINANCIAMIENTO
El documento sostiene que “el programa sigue totalmente financiado”. Los supuestos de financiamiento se mantienen en línea con los pronósticos al momento de la primera revisión.
Destacan que el Banco Mundial ha aprobado u$s 500 millones en apoyo presupuestario junto con u$s 450 millones en financiamiento de proyectos, que probablemente se desembolsarán para fines de 2018.
El Banco Interamericano de Desarrollo también aprobó un apoyo de u$s 900 millones, de los cuales se desembolsarán u$s 600 millones para fines de 2018.
Se firmó un aumento del canje de divisas con China a fines de noviembre, lo que elevó la línea total a u$s 18,7 mil millones.
TASA DE INTERÉS
Se advierte que la capacidad de la Argentina para reembolsar el Fondo es adecuada, aunque está sujeta a riesgos considerables.
Varias definiciones importantes:
Anticipa que el Gobierno no tiene “ninguna intención de realizar ventas de divisas de los desembolsos del Fondo en el mercado durante el resto del año”.
Que la intención es convertir parte de los desembolsos en pesos a través del BCRA para acumular reservas durante 2018.
Que se elaborará un sistema para la conversión ordenada y el uso de los desembolsos para las necesidades de financiamiento presupuestario en pesos en 2019 antes de que surjan dichas necesidades, y en el contexto de la próxima revisión.
Se sigue con el compromiso de mantener el stock de dinero base sin cambios en términos nominales desde septiembre de 2018 hasta junio de 2019 con un ajuste estacional por el aumento de la moneda en circulación en diciembre y en junio de 2019.
En el futuro, si el peso se aprecia por debajo del borde inferior de la zona de no intervención, nos aseguraremos de que las compras de divisa no esterilizadas se calibren de modo que la postura de la política monetaria siga conduciendo a una rápida reducción de la inflación y las expectativas de inflación.
Cualquier compra de este tipo se presentará claramente al público en la revisión quincenal de la política monetaria del BCRA, por separado del objetivo del dinero base.
Seguimos comprometidos con un tipo de cambio flotante, donde el nivel del peso estará determinado por las fuerzas del mercado, sin intervención del BCRA.
Fuera de la zona de no intervención, estaremos preparados para intervenir de una manera transparente y totalmente anticipada para prevenir las condiciones desordenadas del mercado, en línea con el marco de política monetaria anunciado.
Finalmente, dada la caída de las expectativas de inflación, los límites de la zona de no intervención se ajustarán diariamente a una tasa mensual del 2% durante el primer trimestre de 2019.
Una vez que la inflación ha caído hacia un solo dígito y las expectativas de inflación están bien ancladas, nuestra intención es volver a un marco de metas de inflación.
Para fortalecer el marco de política monetaria y la gobernanza del banco central, presentaremos un borrador de una nueva carta del BCRA al Congreso a fines de marzo de 2019, que garantizará la autonomía operativa, fortalecerá el mandato de política monetaria del BCRA, mejorará las estructuras de toma de decisiones. y reforzar la transparencia y la rendición de cuentas.
Nos comprometemos a trabajar para obtener las aprobaciones necesarias para permitir una inyección de valores negociables denominados en pesos y con intereses en el balance del BCRA para lograr un nivel adecuado del capital a fines de diciembre de 2019.
Por último, también nos comprometemos a continuar reduciendo oportunamente el crédito neto del BCRA al gobierno, si las condiciones de financiamiento lo permiten.
A juicio del Gobierno el nuevo marco de política monetaria “ha sido efectivo para estabilizar los mercados financieros. La moneda se ha apreciado y hay señales tempranas de que el proceso de desinflación está en marcha”.
De acuerdo a los últimos datos del BCRA el promedio de expectativas de inflación de 12 meses ha caído durante tres meses consecutivos, con una disminución acumulada de 4.4 pps entre septiembre y noviembre. Como resultado, hemos eliminado el piso del 60%de la tasa de interés de LELIQ, que ahora está totalmente determinado por las fuerzas del mercado.
Fuente: Ambito.com