¿Alguna vez os habéis preguntado porque queréis viajar? Sí, conocer algo nuevo, ver el mundo, descubrir otras culturas, relajarse… Al parecer, una de las razones que nos empujan a ello son las experiencias, las aventuras que nos esperan en lugares lejanos, pero esto es, en realidad, ¡Lo que nos hace felices! Así lo han afirmado en un reciente estudio realizado por la de la Universidad Estatal de San Francisco, a cargo de Thomas Gilovich.
La ansiada felicidad, que todos perseguimos, no reside en los bienes materiales que poseemos, sino en todo lo contrario, la clave está en los recuerdos. Los investigadores lo dicen, “somos la suma total de nuestras experiencias”, y que “nuestras mayores inversiones deberían dedicarse a crear recuerdos en base a experiencias y vivencias personales”, como los que se generan viajando. Y, es que en la investigación, se ha comparado la gratificación de viajar con la de comprar cosas: “nuestras mayores inversiones deben ir hacia experiencias que crean recuerdos para toda la vida”y no tanto en la satisfacción inmediata de una “compra compulsiva”
1. La novedad
Nuestra mente, para mantenerla activa y despierta, necesita actividad, cosas nuevas, cambios, descubrimientos…y por ello “cuando afrontamos una situación como viajar, estamos envueltos en un ambiente que nos genera diferentes emociones (…) ligadas a experiencias y vivencias del viaje, por lo que relacionamos la emoción con el recuerdo. Cuando recuperamos ese recuerdo, recuperamos esa emoción”.
2. ¡Rutina, no!
Y es que lo contrario a la novedad, a lo nuevo, es precisamente la rutina y la monotonía ¡nos hace infelices a la larga! Y por eso de vez en cuando hay que oxigenar el cerebro rompiendo con ella. Pero no de cualquier manera, “ir de compras es algo ‘cortoplacista’, que colma el deseo de un capricho, pero que no permanece con tanta fuerza, ya que no es algo especial.” Pero sin embargo, “viajar, además de relajar, implica hacer un ‘break’ en tu vida, regalarte tiempo… Y, sobre todo, hace que dejes de lado lo cotidiano (y el estrés) (…) generar pensamientos que conducen a sentimientos agradables (o viceversa), descubrir cosas nuevas que te hagan sentir motivado y sentirte realizado por lo que has hecho”.
3. Compartir es vivir
La felicidad está en los demás, es saber estar con ellos y en ser también participe de sus vidas y vivencias…¡Que mejor manera de hacerlo que en una aventura! “…un viaje es algo que se comparte desde lo vivido, no desde lo material (…) una experiencia donde son importantes las relaciones e intereses sociales”
Esto enfatiza todavía más las diferencias con el consumo y la satisfacción de caprichos, “comprar suele ser algo más autosuficiente, más concreto y más individualista.” Y es por esto por lo que nunca un objeto podrá superar una buena historia. Ya sea enseñando las fotos que hemos ido sacando, contar alguna de las múltiples aventuras que hemos vivido… ¡Nos une!
4. Los beneficios empiezan desde antes de viajar
Un viaje no sólo es llegar al lugar, es organizarlo, pensar las fechas, el lugar, la compañía…. El hecho de planearlo, incluso aunque sólo sea en parte, produce satisfacción, un efecto de espera en donde nos dedicamos a imaginar cómo será, “este proceso de visualización ya es de por sí beneficioso”, y claro una vez llegáis a vuestro destino ¡la emoción se dispara!
5. Felicidad pasajera vs felicidad eterna
La ciencia ya lo ha dicho, merece la pena ahorrar un poco y no comprarse esos pantalones o zapatillas de marca y lanzarse a una escapada. Ya sea para desconectar, descubrir…siempre será una experiencia y algo que nos revitaliza por dentro y por fuera. “El fin de un viaje es la búsqueda del bienestar; es algo pleno. El fin de una compra es rellenar de forma inmediata un vacío; es algo efímero”.
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Fuente: Holiday Guru
