Trabajo y ocio. Vacaciones 2019

Vivimos en una sociedad en la que cada vez nos queda menos tiempo para relajarnos, para divertirnos, tal vez porque cada día tenemos menos tiempo para nosotros mismos dada la velocidad con que todo acontece. Pienso que vivimos en un mundo de prisas y carreras, y muchas de ellas aparecen sin sentido.

Simplemente la inercia nos arroja a ese mundo de locura que pudiéramos generalizar como un mundo de consumo, así como de exigencia social y profesional en el que la competencia es el padre nuestro de cada día. Al menos, si se tratara de buscar algo positivo, los profesionales de la salud en estas últimas décadas dada esta forma de vida tan voraginosa han tenido más trabajo y más campo de investigación, ya que han surgido enfermedades, síndromes, condiciones psíquicas que están directamente relacionadas a la forma de vida actual en la que los grandes ausentes son el ocio, el tiempo libre y la recreación.

Uno de estos padecimientos es el ya conocido síndrome de Burnout, el cual se define como una respuesta prolongada al estrés, en el que se presentan la fatiga crónica, la falta de motivación, la ineficacia y la negación a lo que se experimenta. Se trata de  un “problema relacionado con el manejo de la vida”, como se cataloga médicamente, y generalmente es un padecimiento asociado con el trabajo, por lo que también se le conoce como síndrome de desgaste ocupacional o profesional, síndrome del trabajador consumido y como se le ha conocido siempre (en francés): surmenage.

Este padecimiento ocurre cuando las personas trabajan de forma exagerada, sobrepasando sus horarios (más de las ocho horas diarias), tienen interacciones humanas intensas, como manejar cuentas con muchos clientes, o tener muchos subordinados, tener jefes neuróticos, estar en un ambiente laboral impersonal, frío mismo que se ha mantenido prolongadamente, mala paga, y ello ante las exigencias del ambiente, es decir, pretender un estatus social, fama y éxito; lo que generalmente se comprueba mediante el consumo que va desde casa, automóviles, ropa, comida, buenos colegios, en general un estilo de vida que nos han vendido los medios masivos de comunicación y que la mayoría de las personas no lo podemos sustentar o lo sustentamos con sangre (al menos con presión alta), no sorprende porque acaba uno desgastado o consumido con un padecimiento como este síndrome.

La cuestión es preguntarse: ¿puede ser de otra manera? Es real que el ser humano está hecho para el trabajo, así como el pájaro para volar, pero también es cierto que la virtud es el término medio entre dos extremos; el exceso y el defecto. Tan es malo para el ser humano la pereza como ser workaholicos. Tampoco podemos culpar únicamente a los medios de comunicación ni a quienes se dedican a hacer un branding o marketing agresivo, pues no nos determina o condiciona al consumo, pues al final del día somos libres de tomar nuestras decisiones y realizar acciones como se nos pegue la gana o mejor dicho voluntariamente.

Sin embargo, somos zombies del consumismo y del capitalismo de modo que padecemos del virus de esta era, que se resume en trabajo, trabajo, trabajo. Luego entonces decimos tratando de justificarnos o al menos convencernos a nosotros mismos: trabajo para ganar dinero para pagar las cuentas de las deudas, después trabajo más para tener más dinero y tener acceso a más consumo y un estilo de vida que eventualmente genera más deudas y por ende más trabajo. Y lo peor es que la sociedad nos moldea así, en las escuelas nos educan para ello, las universidades nos enseñan cómo y para colmo en general se nos exige.  ¿Quién nos recuerda el ocio? Ante este panorama, nadie. Porque ser ocioso no es rentable, ¿quién dijo? Habría que preguntar. Pero si somos más cautelosos para responder podemos llegar a darnos cuenta que practicar el ocio nos puede aportar salud. Me parece que nos debemos a todos, y hasta como responsabilidad moral, recuperar el sentido de ocio y de tiempo libre para atrevernos a vivir más recreativamente.

En Argentina los días de vacaciones para el periodo 2019 según el año de ingreso. Días según la ley de contrato de trabajo, Para el período 2020 que se inicia agregar un año mas a la tabla y allí tendrán los días que les corresponderán (Ejemplo ingreso el 10/01/2015 en el período 2019 le corresponden 14 días corridos y en las vacaciones del período 2020: 21 días corridos)

Fuente: Ignacio on line

Fuente: https://revistafortuna.com.mx/contenido/2013/01/25/trabajo-y-ocio/


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