Revelan cuánta plata hay que ganar por mes para no ser pobre en Argentina

La Canasta Básica Total (CBT) registró en febrero un aumento de 2,7%, respecto de enero, y una variación interanual de 42,2%, según datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

En el caso de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide exclusivamente el consumo de alimentos, sin tener en cuenta las tarifas, la variación mensual respecto de enero fue de 3,6% y la interanual es 46,4%, agregó el organismo.

De esta forma, un grupo familiar compuesto por dos adultos y dos menores necesitó contar con ingresos por $57.997 para no caer debajo de la línea de la pobreza y de $24.575 para no caer en la indigencia.

En febrero, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 3,6% y acumuló un incremento de 40,7% interanual, impulsado por el alza de la división Alimentos y bebidas, la de mayor incidencia en todas las regiones.

Los aumentos observados en Frutas; Verduras, tubérculos y legumbres; Aceites, grasas y manteca; e infusiones fueron parcialmente compensados por leche, productos lácteos y huevos y las Carnes y derivados, que mostraron subas por debajo del promedio.

En enero pasado, la Canasta Básica Total (CBT) había registrado un aumento de 4,2% y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), una suba de 4,6%, en ambos casos en relación al mes anterior.

El 47% de los argentinos es pobre, más allá de sus ingresos

El 47% de la población -21 millones de personas- es pobre porque vive en forma precaria, en hacinamiento, tiene problemas de asistencia escolar, precariedad en el empleo o en el acceso a la salud, según estadísticas oficiales. Los más afectados son los menores: un 55% de los menores de 18 años de la Argentina viven en esa condición.

Este nivel de pobreza no toma en cuenta la insuficiencia de los ingresos monetarios, como sueldos, jubilaciones, prestaciones sociales, honorarios- para comprar una canasta de alimentos y gastos básicos.

Si se consideran los ingresos, el 30,1% – 3,6 millones–es pobre por ambas formas: por falta de ingresos y las causas no monetarias. Y el 58,1% de la población – 26 millones de personas — es pobre por insuficiencia de ingresos monetarios o por sus condiciones de vida.

Los datos son oficiales del primer semestre de 2020, del Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (SIEMPRO), un organismo que depende de la Presidencia de la Nación. Corresponde a la medición de Pobreza Multidimensional, que complementa la medición tradicional de pobreza por ingresos del INDEC, y que fue dado a conocer a fines de febrero.

Cómo se calcula

La pobreza por ingresos calcula el número de hogares y personas pobres comparando los ingresos monetarios de las personas y familias con el valor de la canasta total, que incluye alimentos y otros gastos básicos. Para el primer semestre 2020, esa medición, arrojó que un 40,9% de la población era pobre.

La medición multidimensional mide la pobreza pero por variables que no son “insuficiencia de ingresos” sino formas de evaluación más amplias de las condiciones de vida y necesidades de población, no vinculadas directamente al ingreso monetario. Esas variables pueden determinar que una persona puede ser pobre por sus condiciones de vida, al margen de sus ingresos.

El índice no toma solo el nivel de ingresos sino que toma en cuenta otras variables

Así, se puede ser pobre multidimensional y no ser pobre por falta de ingresos. O ser pobre por insuficiencia de ingresos y también por causas multidimensionales. O ser pobre por falta de ingresos y no ser pobre multidimensional.

Múltiples dimensiones

El sistema SIEMPRO explica que, siguiendo las recomendaciones a nivel internacional, el índice de pobreza multidimensional “permite realizar un análisis basado en múltiples dimensiones dando cuenta de una realidad social compleja” en relación a “las condiciones de vida de las personas y familias vulneradas en sus derechos” tomando en cuenta, ya no los niveles de ingresos monetarios, sino los no monetarios, como vivienda, hábitat y servicios básicos, educación, empleo y protección social y salud.

Por ejemplo, se toma en cuenta la precariedad de los materiales de la vivienda, hacinamiento, tenencia insegura de la vivienda, condiciones sanitarias deficientes o la ubicación de la vivienda en zona vulnerable. En empleo, se miden las dificultades para acceder al empleo remunerado y la precariedad laboral de los trabajadores. En educación, se toman en cuenta la inasistencia a un establecimiento educativo en las edades obligatorias, rezago escolar de los asistentes o los logros educativos insuficientes. En protección social, se mide el déficit de cobertura previsional de los adultos mayores y ausencia de doble cobertura de salud (obra social o prepaga).

Así, “para poder dar cuenta de la multidimensionalidad se determinó que, si un hogar presenta privaciones en al menos dos indicadores de distintas dimensiones, será considerado en situación de pobreza“, y aclara el Informe de SIEMPRO) “por ejemplo, una privación en la dimensión vivienda (hacinamiento) y otra en la dimensión educación (rezago escolar)”.

Del 47% de la población pobre multidimensional, “los más afectados son los niños, niñas y adolescentes”.

  • Hasta 3 años, llega al 58,8%
  • Entre 4 y 17 años, al 54,2%
  • Entre 18 y 64 años, al 47,7%
  • 65 años y más, al 25,1%.

Fuente: IProfesional


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