Producir gas de algas marinas para evitar el fracking

Un libro impulsado por Ambiente de Nación, plantea un trabajo que destaca diversos proyectos basados en la transformación de la economía mediante el cuidado del ambiente y aprovechamiento de una variedad de recursos naturales.

Según el libro “Plan A. La transformación de la Economía Argentina”, de Gunter Pauli y prologado por el ministro de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman, las algas marinas poseen el potencial suficiente para reemplazar el gas producido a través del fracking en Vaca Muerta, con la ventaja de que el proceso es más eficiente y mucho menos costoso desde el punto de vista ambiental.

En efecto, en el capítulo 8 del libro (a cuyo anticipo tuvo acceso S.C.P a través de la plataforma “Contactos Petroleros”) bajo el título “Del Fracking a la Agricultura en 3 D”, se hace referencia a la oportunidad que afronta el país para, en lugar de avanzar con la producción a través del fracking en Vaca Muerta, aprovechar “la gran oportunidad de cosechar ese gas de las plantaciones de algas marinas a lo largo de su extensa costa, en una forma completamente limpia y renovable con muchos beneficios exteriorizados”.

En ese apartado, el libro da cuenta de que un equipo de 14 científicos locales, dirigido por la Prof. Dra. Elisa Parodi, de la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca, estima que un tercio de los 3,3 millones de km cuadrados de mares territoriales del país “es apta para cultivar algas marinas”, mientras que aún con un 10% del total de la superficie (100.000 km2) sigue siendo una alternativa viable.

Al hacer una referencia histórica, el trabajo señala que hasta los años 70 Argentina fue uno de los principales exportadores de algas marinas, tanto como fertilizantes como para aditivos para producir fertilizantes sintéticos.

“Hoy, la algas marinas ofrecen una nueva oportunidad y la base para una gran transformación de la economía energética”, añade, para hacer referencia a estudios realizados por un organismo holandés en costas de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, que demuestra que una hectárea de algas marinas puede producir, en dos ciclos de seis meses, alrededor de 1.000 toneladas por año. Esa biomasa se puede convertir en 200.000 metros cúbicos de gas por año (548 metros cúbicos por día). Según el mismo capítulo del libro, un campo de gas de esquisto exitoso en Estados Unidos produce unos 50 millones de metros cúbicos por año, con un horizonte de actividad de 3 años. Comparativamente, el mismo volumen de gas podría obtenerse con 250 hectáreas algas marinas, con el agregado de que este ciclo no tiene fin.
“Si Argentina cultiva algas marinas en 100.000 kilómetros cuadrados (un tercio de sus mares territoriales) puede generar 4.000 millones de toneladas de algas marinas anualmente, o un ‘suministro eterno’ de 80.000 millones cúbicos de gas. Y esa plantación de algas marinas de 100.000 kilómetros cuadrados secuestra 450 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año”, sostiene el informe.

Cómo se produce el gas

Al hacer referencia al proceso mediante el que se genera el gas, explica: “Las algas recolectadas son lavadas y procesadas para que todas las células se rompan y se enriquezca con hidrógeno. Ahora puede fermentarse y la nueva tecnología permite generar eficientemente metano a escala. Producir biogás a través de la fermentación de algas marinas en un digestor es un proceso simple en comparación, por ejemplo, a convertir maíz en etanol, que es un proceso químico intensivo en capital. El pre-procesamiento de algas marinas antes de la digestión, y el uso de 12 cámaras para el procesamiento aumenta la conversión de la biomasa en metano (CH4) al 90 por ciento y reduce el tiempo de retención a 8-9 días”.

Experiencia en otros países

En otro apartado, se añade: “Dadas las amplias y convincentes ventajas del cultivo de algas marinas, no sorprende que se lleven a cabo iniciativas innovadoras de algas en todo el mundo. Indonesia está construyendo una planta de energía de 100 MW que será completamente alimentada por algas marinas. Bélgica está contemplando el cultivo de algas marinas como parte de una nueva iniciativa para proteger su zona costera contra el cambio climático. Recientemente, el gobierno de los EE. UU., después de concluir por primera vez que un multimillonario programa de subsidios para la producción de etanol a partir de maíz había llegado a su fin, otorgó una serie de contratos para estimular el cultivo de algas marinas para la producción de biogás”.

Según el autor, Argentina tiene una gran oportunidad para unirse a esta ola impulsada por las algas marinas “para transformar la economía energética que ha dominado a las sociedades durante más de un siglo. Con modestas inversiones de 25.000 dólares por plataforma, Argentina puede sustituir las importaciones de gas natural entre 18 y 24 meses con la producción nacional de biogás. Dentro de 5 años, es posible reemplazar las importaciones de gas de los países vecinos. Esto ahorrará a Argentina miles de millones de dólares anualmente”.

Fuente: La Opinión Austral