El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, que vigila el cumplimiento del Pacto fundador de Naciones Unidas en la materia, exhortó a la Argentina a “reconsiderar la explotación a gran escala de combustibles fósiles no convencionales mediante el fracking en la región de Vaca Muerta”, revela un documento publicado en Ginebra.
El Comité manifestó “expresa preocupación por los planes de explotación a gran escala de combustibles fósiles no convencionales (gas de esquisto y petroleo de esquisto),… considerando que la explotación total … de todas las reservas … consumiría un porcentaje significativo del presupuesto mundial de carbono para alcanzar el objetivo de un calentamiento de 1,5 grados Celsius, estipulado en el Acuerdo de Paris” de 2015.
Integrado por 18 expertos independientes elegidos por el voto secreto de los países que han ratificado el Pacto, según una representación regional acorde con las costumbres de la ONU, el Comité alentó a la Argentina a que “fomente energías alternativas y renovables, reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y establezca metas nacionales con parámetros de referencia definidos en el tiempo”.
Sin sueldo a cargo de la ONU, a quienes solo les cubren los viáticos, estos expertos se afligieron que “la fracturación hidráulica contradiga los compromisos del Estado con el acuerdo de Paris, con un impacto negativo sobre el calentamiento global y el disfrute de los derechos económicos y sociales de la población mundial y las futuras generaciones”.
Cuestionada por oenegés, al margen de los debates que acaban de finalizar en vista de una Convención sobre multinacionales y derechos humanos, Vaca Muerta se vincula con el conflicto entre los gobiernos de Sebastian Piñera y Mauricio Macri, y las poblaciones mapuche de la patagonia, acusadas de profesar una ideología terrorista, cuyos dirigentes Sergio Nahuelquir, de Argentina, y Héctor Llaitul, de Chile, vienen de negar estos días en Ginebra.
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