El costo del financiamiento generó pérdidas de 15% a las grandes industrias en el 2018

La crisis económica golpeó incluso a varias de las empresas más encumbradas del ámbito local, exceptuando a los grandes bancos y las energéticas. La súper tasa de interés, que impactó en el costo del financiamiento, y la devaluación del tipo de cambio, generaron una caída del 15% en los resultados financieros de las empresas industriales más grandes, de 36% en las de real estate (construcción e inmobiliaria), de 84% en las de comercio y servicios, y de 222% en las del agro, que se financian en dólares.

Los efectos de la crisis del modelo económico se ven claramente en los incrementos de los índices de pobreza e indigencia, de desempleo y en la caída del salario real. Y si bien se puede resaltar que siempre hay ganadores y perdedores, en este caso la lista de los primeros se achicó y la de los segundos se ensanchó.

Un informe publicado ayer por el CEPA, a partir de un relevamiento del desempeño de las 63 empresas principales de la cúpula local, mostró que en pleno auge del negocio financiero, los bancos de la élite empresaria mejoraron sus resultados en 76%. El encarecimiento del crédito en pesos, por las altas tasas, y en dólares, por la devaluación, golpearon al resto.

El deterioro de las más grandes empresas, que se dio a pesar de su lugar privilegiado dentro de los mercados, tuvo su efecto no sólo sobre la cadena de pagos de la economía sino también sobre el empleo. En ese sentido, el informe expresó: “Dentro de las empresas analizadas se produjeron casi 7.300 despidos sobre un total de 44.780 empleados (16,3%), más de $893 millones en cheques rechazados y deudas impagas con el sistema bancario local por $8.600 millones”.

Y agregó: “Las altas tasas de interés y los tarifazos dificultan la actividad económica y combinadas con la devaluación de 2018 generaron un set de precios relativos -salarios bajos, alimentos, tarifas y tasas de interés altas- que favorece las actividades extractivas, agroexportadoras y financieras en detrimento de la industria y el comercio”.

La mirada en detalle sobre los balances deja entrever algunas dinámicas interesantes. Por caso, se destaca que, entre las industriales, las grandes empresas lograron hacer valer su importancia como dueñas de grandes marcas. De hecho, aun con una caída del consumo de 2,4% durante el año pasado, según Cuentas Nacionales del Indec, la ecuación ventas-costos mejoró 73% para ellas. La contracción aparece cuando se agregan los costos financieros y es de 15%. Sin embargo, si se deja afuera a Ternium, que presentó números extraordinarios, esa caída es de 65% y consolida a las grandes industrias como una de las novedosas grandes perdedoras del modelo.

El sector energético estuvo entre los ganadores: su resultado financiero mostró una mejora de 125%. En construcción e inmobiliarias la contracción de 36% se convirtió en una de 119% al dejar afuera el desempeño extraordinario de Sociedad Comercial del Plata. Y esa caída se explica también por la reducción de las ventas, ya que el resultado operativo del sector se contrajo 61%, con el mercado prácticamente paralizado.

En el caso de las empresas más encumbradas del agro, el profundo deterioro de 222% fue causado por su acceso a financiamiento en dólares, que multiplicó su costo tras la devaluación del tipo de cambio.

Fuente: BAE Negocios


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