Cinco estilos de líderes y su impacto en la empresa

Del directivo “accidental” al jefe “para todos”: un estudio revela cómo incide el modelo de conducción en los resultados productivos y el clima laboral.

Sólo el 15% de los 1.000 millones de empleados en relación de dependencia en el mundo, se siente involucrado en su trabajo. Gran parte de esa carencia está relacionada con sus líderes.

Para entender cómo los managers están liderando sus equipos, la consultora global Great Place to Work realizó una investigación que incluyó una muestra de 75.000 empleados y más de 10.000 líderes de Estados Unidos en diversas industrias. Identificaron cinco niveles de liderazgo con características propias y una fuerte incidencia en los resultados de las empresas.

Nivel 1. El líder accidental: no parece ser consciente del impacto que tiene sobre los demás. Los empleados que reportan a él pueden sentirse como pasajeros de un colectivo cuyo conductor no tiene un destino en mente. Quizás son personas que han sido muy buenas haciendo su trabajo, se les ascendió para supervisar, pero no se les dio la formación necesaria para liderar. Para los empleados encuentran es desmoralizante, afecta a su productividad, trabajo en equipo y rotación. Cerca de tres cuartos (72%) de las personas que trabajan para ellos no tienen una experiencia positiva.

Nivel 2. El líder impredecible: se caracterizan por estar encendidos o apagados, calientes o fríos, un buen amigo o aliado para algunos, pero no para otros. A diferencia del Líder Accidental, no hacen daño a la organización activamente, pero tampoco apoyan a su equipo. Como a menudo tiene favoritismos, ya sean intencionales o no, puede no hacer responsable a alguien del trabajo que debería estar haciendo. Su efecto es impredecible. Los empleados que trabajan para este tipo de líder suelen sentir ambivalencia o tener sentimientos negativos sobre su trabajo (53%), más que sentirse bien con lo que hacen (47%). Crean un ambiente de incertidumbre en el que las personas no saben si pueden contar con sus compañeros.

Nivel 3. El líder transaccional: es el que valora más que nada tachar cosas de la lista, especialmente aquellas relacionadas con sus propios objetivos. Por eso no son ni tan avanzados ni tan carismáticos. La mayoría de las personas (62%) con estos jefes se sienten bien con su trabajo. Sin embargo, como estos gerentes no siempre apoyan las ideas que se salen de la norma, la probabilidad de que estos equipos sean innovadores es un 25% menor.

Nivel 4. El buen líder: son líderes consistentes, inclusivos y honestos. Comunican claramente lo que esperan de las personas, entienden que los errores ocurren y también que las personas tienen una vida fuera del trabajo. A pesar de sus buenas cualidades, puede que sienta que la responsabilidad de alcanzar los objetivos recae, en última instancia, en él y no en su equipo. Pensar así puede hacerle vulnerable a sus propios fracasos. Los resultados de la empresa se benefician de estos líderes porque menos empleados quieren irse.

Nivel 5. El líder para todos (for all): se logra este nivel cuando los empleados sienten que su jefe tiene en cuenta lo mejor para ellos. En lugar de mostrarse ellos como los protagonistas, prefieren dejar que los protagonistas sean los demás. Son aquellos que prefieren liderar desde detrás, dejando que quienes trabajan para ellos hagan su mejor trabajo. No controlan excesivamente. Les gusta tener a personas que trabajan de forma autónoma y están abiertos a las opiniones. Los resultados que consiguen son notables. Sus equipos demuestran tener una productividad que es más de tres veces mayor que la del accidental.

Fuente: BAE Negocios


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