Por Glenda Gonzalez
Hechos clave:
- La estrategia del gobierno chino marca diferencias con el accionar más tímido de otros países.
- La Reserva Federal de EE. UU., la Unión Europea y Francia apenas comienzan a evaluar sus planes.
A partir de los anuncios relacionados con el lanzamiento de la criptomoneda de Facebook, Libra, las autoridades financieras de varios países vienen manifestando un renovado interés por la emisión de monedas digitales de banco central (Central Bank Digital Currencies o CBDC), luego de un lapso en el cual la mayoría de este tipo de proyectos parecían estar congelados.
Libra se convierte así en la razón por la cual muchos gobiernos comienzan a revisar sus planes de lanzar sus propias criptomonedas estatales. No obstante, hasta ahora China es el país que ha mostrado mayor firmeza al retomar su proyecto, tomando en cuenta la serie de acciones anunciadas sobre el tema.
El proceso para la emisión de una moneda digital venía marchando de forma lenta, a través de las investigaciones que adelantaba el banco central de China desde 2014. El objetivo aparente sería sustituir el renminbi (la moneda local), para reducir los costos inherentes a su emisión en papel moneda. Sin embargo, llama la atención el hecho de que poco después de los anuncios sobre la criptomoneda de Facebook, el Banco Central de China haya intensificado sus investigaciones y adelantara los planes para el año 2020.
Las acciones se aceleraron en octubre pasado con medidas que incluyeron la aprobación de una nueva ley para el uso de la criptografía. Paralelamente, el presidente Xi Jinping ofreció declaraciones a favor de considerar algunas blockchains como tecnologías centrales para importantes e innovadores avances. Con todo este cambio de planes, la emisión de la CDBC de China luce inminente.
Según muchos analistas, las motivaciones del gobierno chino para acelerar el proceso tienen que ver con el temor de que Libra alimente una nueva ronda de competencia monetaria internacional, lo cual podría suponer riesgos para los pagos transfronterizos de China, su política monetaria e incluso la soberanía financiera. Pero la estrategia del gobierno chino marca diferencias con el accionar más tímido de otros países que adelantan planes para emitir sus CDBC, a pesar de que se han sentido igualmente «movidos» y también han manifestado estar «afectados» ante el probable lanzamiento de Libra.
Francia, por ejemplo, anunció esta semana sus intenciones de «probar las monedas digitales emitidas por bancos centrales en el 2020». Para ello llevará a cabo «investigaciones serias y metódicas». El sistema de la Reserva Federal de los EE. UU. apenas está analizando los beneficios, costos e implicaciones de las CBDC, mientras la presidencia de la Unión Europea (UE) considera la posibilidad de que los bancos de la región desarrollen sus monedas digitales. En un tono más reservado, el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, afirmó que la demanda de una CBDC en en su país es baja.
Es así como la premura del gobierno chino hace manifiestas sus prioridades, pues de concretarse el proyecto, el país asiático se convertiría en el primero en emitir este tipo de moneda digital, al tiempo de colocarse a la vanguardia en tecnología financiera. Todo esto en el marco de la guerra comercial con Estados Unidos desatada en los últimos meses.
A la espera de concreciones
A pesar del marcado interés por las CBDC, puesto de manifiesto desde hace varios años, hasta ahora ningún proyecto se concreta. Una encuesta efectuada en 2018 por el Foro Oficial de Instituciones Financieras y Monetarias e IBM mostró el gran interés de estos organismos por estas monedas. En noviembre de ese año se estimó que 69% de los bancos centrales lo estaban analizando.
Una serie de razones han causado retrasos en la emisión de CBDC. El presidente del Comité de Pagos e Infraestructuras de Mercado, Benoit Coeure, expresó sus dudas sobre la concreción de los proyectos hasta después de la próxima década. Argumenta que la mayoría de los bancos centrales se encuentran en etapas tempranas de estudio.
Los analistas de los bancos centrales sopesan además los riesgos que estas monedas representan para la política monetaria y los sistemas de pago de sus países. Incluso algunos bancos, como el de Israel, han desistido del plan. El consejero ejecutivo de BBVA, José Manuel González, opinó que los proyectos se concretarán en tanto los esquemas de emisión sean menos disruptivos y de fácil implementación.
Tomando en cuenta lo anterior, pareciera que China sí pudo resolver los obstáculos. Sin embargo, es más probable que solo esté poniendo por encima su deseo de ganar la carrera internacional para ser el primer país en sentar las bases de una economía digital.
En aras de esta meta, pareciera dar un paso hacia la legalización de las criptomonedas, aun cuando afirma no haber cambiado su postura. Esto último puede tomarse como cierto. Con un proyecto altamente centralizado y muy distinto -técnica e ideológicamente- de los principios con los cuales se crearon las criptomonedas, el gobierno chino pone en evidencia su interés por reafirmar su poder gubernamental.
Fuente: Criptonoticias.com