Carta anual de Larry Fink, el CEO de Black Rock

El lujo de vivir más tiempo

Con un enfoque un tanto nostálgico, la carta anual de Larry Fink, el consejero delegado de BlackRock, comienza reflexionando sobre su vida con sus padres. Larry Fink recuerda cómo la forma en que sus padres gestionaban sus finanzas personales influyó en su forma de entender las inversiones y la seguridad financiera a largo plazo. Afirma que sus padres invirtieron sabiamente y esto les permitió disfrutar de una cómoda jubilación. En este contexto, el CEO de BlackRock destaca el papel fundamental de los mercados de capitales en la creación de financiación alternativa, más allá de los bancos y los depósitos tradicionales, frente a lo que considera dos grandes retos desde mediados del siglo XXI.

Fink llama la atención sobre una nueva realidad demográfica a la que se enfrenta el sistema tradicional de jubilación, que pone en peligro la provisión de pensiones decentes y seguras en el futuro para muchas personas. Como bien explica, si la gente vive más tiempo, también necesitará más dinero y, en este sentido, los mercados de capitales pueden ayudar, “siempre y cuando los gobiernos y las empresas ayuden a la gente a invertir”, advierte.

La imperiosa necesidad de infraestructuras

El segundo reto es la necesidad de infraestructuras. “¿Cómo vamos a construir la enorme cantidad que el mundo necesita?”, se pregunta. Y es que, explica, a medida que los países dan pasos hacia la descarbonización y la digitalización, se necesitan más infraestructura nueva. Fink afirma incluso que, en sus casi 50 años de experiencia en finanzas, nunca ha visto tanta demanda de infraestructuras energéticas. Y, en su opinión, “esto se debe a que muchos países tienen un doble objetivo: quieren hacer la transición a fuentes de energía con menos emisiones de carbono y, al mismo tiempo, lograr la seguridad energética”. También en este caso, los mercados de capitales pueden ser un aliado, afirma, para ayudar a alcanzar estos objetivos, “incluida la descarbonización, de forma asequible”.

La importancia de la educación financiera

Ante el diagnóstico realizado sobre la sostenibilidad de las pensiones, el CEO subraya el papel decisivo tanto de los gobiernos como del sector privado, dado que los enfoques que se adopten tendrán profundas implicaciones en la asignación de las carteras de los inversores. Invertir en educación financiera es una de las vías que apunta Fink para colmar algunas de las lagunas de conocimiento de los trabajadores, teniendo en cuenta que muchos encuentran dificultades para invertir de cara a la jubilación, ya sea por falta de familiaridad con los mercados financieros o por la complejidad de los productos de inversión.

Sobre este último punto, Fink ve en los fondos de fecha objetivo un instrumento más sencillo e intuitivo que puede paliar estas dificultades. “Cuando la gente elige su fecha objetivo, el fondo ajusta automáticamente su cartera de acciones más rentables a bonos menos arriesgados a medida que se acerca la jubilación”, explica. Según el consejero delegado de BlackRock, la adopción de políticas de autoafiliación en los planes de inversión para la jubilación podría ser otra medida para paliar este problema.

Contribución definida frente a prestación definida

En su carta anual, el consejero delegado de BlackRock cuenta que la entidad encargó un estudio en 2018 en el que participaron 1.150 jubilados estadounidenses. Cuando se analizaron los datos, el resultado fue… una paradoja.

El estudio mostró que después de casi dos décadas de jubilación, la persona promedio todavía tenía el 80% del dinero que había ahorrado antes de jubilarse. Sin embargo, los datos también mostraban que, aun así, muchos estaban preocupados por su situación financiera. Sólo el 32% declaró sentirse cómodo gastando lo que había ahorrado. “Esta paradoja tiene una explicación sencilla: incluso las personas que saben cómo ahorrar para la jubilación siguen sin saber cómo gastar el dinero que han ahorrado“, explica Larry Fink.

Según el CEO, las raíces de este problema en Estados Unidos se remontan a hace más de cuatro décadas, cuando los trabajadores empezaron a pasar de planes de pensiones de prestación definida a una de planes de aportación definida. En opinión de Larry Fink, los planes de aportación definida hacen recaer una mayor responsabilidad financiera en los individuos, creando incertidumbre sobre cómo gestionar y gastar sus ahorros durante la jubilación. Esto se debe, explica, a que “la mayoría de estos planes no van acompañados de instrucciones sobre cuánto se puede retirar cada mes o cómo gastar estos fondos de forma sostenible a lo largo de la jubilación”.

Fuente: Fundspeople.com