La situación que atraviesa la actual Canasta Básica en la ciudad, hablando de las estadísticas arrojadas en éstos días de 40 mil pesos para poder ” no ser pobre” en un grupo familiar de 2 adultos y 2 menores, que impacta elevadamente la economía local de una familia promedio, que transforma en números la dificultad de la subsistencia cotidiana.
Aún mas, en éstos tiempos de crisis que se vienen generando de manera casi constante, que no dan respiro, producto de la suba de los precios, de la intensidad inflacionaria, y a su vez se suma el precio por ascenso, el salario por escalera y ésta imposibilidad de alcanzarlo uno contra otro; y al mismo tiempo hay que sumarle, los efectos de la pérdida del empleo del sector privado, como en el caso de la Patagonia, que se destruyeron aproximadamente 6 mil empleos, y esto tiene que ver con la estacionalidad laboral. Pero lo que no tiene que ver con la estacionalidad y queda en evidencia, es que en los últimos 3 años se perdieron en la Patagonia 19.378 empleos, que esto marco un proceso de retroacción de la fuente de trabajo del Sector Privado Formal.
Sabemos que todos estos factores que influyen en la economía actual de la Canasta Básica son generalidades, pero que sirven para generar un punto de ubicación. La realidad es que hay muchas personas que no cobran 47.500 pesos y hay muchos que quizás ni si quiera le alcanzan los 40.000 pesos para poder vivir. ésto hace que la base de dichas generalidades nos llevan a las particularidades de éste panorama. Pero lo cierto es, peso mas ó peso menos, lo que se nota es una fuerte pérdida del valor del poder adquisitivo de los salarios frente a una Canasta Familiar que sube de manera constante, que no siempre los niveles inflacionarios, pero que en definitiva termina reflejando al final de la cuenta, esta variación del aumento en 35% de la Canasta en dólares en los últimos 8 años, frente a un salario en dólares promedio en la provincia del Sector Privado que no varió, que se mantuvo igual a lo largo de los 8 años.