Bolsonaro y el nuevo Brasil: 8 cambios con efecto en Argentina

Su llegada al poder promete un giro en la política económica del gigante de la región. Impacto en Mercosur, dólar, exportaciones y déficit.

“Es necesario que el Gobierno argentino entienda lo que está por ocurrir en Brasil. Estamos ante las puertas de un cambio enorme, ante una transformación en el país vecino como pocas veces hemos visto en las últimas décadas”, anticipa el consultor Marcelo Elizondo.

Él, como muchos analistas y expertos en política internacional, es de los que considera que el empoderamiento de Jair Bolsonaro como líder de la principal potencia de la región, implicará una modificación sustancial del status quo que se venía arrastrando desde que el Partido de los Trabajadores fuera desbancado.

“Bolsonaro llega con una agenda económica que, si se implementa tal como anticipó, va a producir un cambio estructural del Brasil que conocemos”, agrega Elizondo quien, además, anota una recomendación para la cancillería y el Ministerio de Producción: “La Argentina debería pensar, más que nunca, en ser aliado de Brasil. En cultivar ese vínculo y no quedarse afuera”.

Por cierto, durante la tarde, cuando el líder del Partido Social Liberal asumió la presidencia y la comunidad internacional puso sus ojos en Brasil, se notó la ausencia de Mauricio Macri, quien no asistió tras haber argumentado que pasará las vacaciones con su familia en el sur del país. En su lugar fue el canciller Jorge Faurie.

Si bien luego se acordó una cumbre para el día 16 de enero, hay un consenso entre analistas que consideran que fue una decisión diplomática, cuanto menos, cuestionable: “La respuesta que ofreció el Gobierno argentino fue pobre. Macri tiene la presidencia pro témpore del Mercosur y luego ésta pasa a manos de Brasil. Hay mucho en juego y no hay espacio para hacer jugadas de póker. Macri debería haber ido a la asunción por más que Bolsonaro lo haya desairado”, plantean desde la consultora Center Group, comandada por Gustavo Segré.

Cabe recordar que, en la previa a los comicios, el ahora presidente electo y parte de su futuro equipo económico -comandado por Paulo Guedes-, se encargaron de dejar en claro que la Argentina y el Mercosur no ocuparían un espacio de relevancia en la agenda del nuevo gobierno.

Y si bien luego intentaron limar asperezas, y hasta se relativizaron muchas de esas declaraciones, para los analistas está claro que habrá un cambio de era que traerá consecuencias de este lado de la frontera. Y, por más que el nuevo líder de derecha haya menospreciado la relación histórica entre ambas naciones, los efectos no necesariamente serán negativos.

Por el contrario, la ambiciosa agenda de reformas que pretende activar Bolsonaro en su país generará, en un primer momento, un efecto derrame positivo en la economía doméstica.

“El objetivo de la nueva administración será equilibrar el déficit fiscal rápidamente, con un agresivo plan de achicamiento del Estado, que incluirá ventas de activos del Estado y privatizaciones”, enumeran desde Center Group.

A esto se sumará “una reforma previsional importante, que buscará ponerle fin a un enorme déficit”, además de “una estrategia para captar inversiones que sirvan para apalancar el crecimiento”.

Para Segré, “en términos económicos, Brasil está cada vez un poco más sólido, a lo que se suma una inflación estabilizada, en torno al 4,3% anual.

A esta altura, son variadas las señales que marcan una nueva fase de crecimiento en el país vecino. Morgan Stanley, por ejemplo, acaba de plantear que Brasil tiene el mayor potencial de ganancia entre los mercados emergentes.

A continuación, cuatro efectos positivos, que podrían verse plasmados de manera inmediata:

1. Impacto en el PBI argentino

En el Gobierno se aferran a la fórmula “1 – 0,25”, según la cual, por cada punto que se expande el PBI brasileño esto genera en la economía doméstica un incremento de un cuarto de punto, dada la interconexión que hay entre ambas economías.

Desde Center Group plantean que este año la nación vecina culminará con un alza de 1,4%, mientras que para 2019 se prevé –en función de las medidas anunciadas por Bolsonaro- “un incremento de 2,5 puntos hacia arriba”.

Siguiendo con la lógica que prima en el Ministerio de Producción, la Argentina entonces tendría asegurada una expansión de su PBI de entre 0,6 y 0,75 puntos, sólo por “engancharse” a la locomotora que pasará a comandar Bolsonaro.

Este aporte al menos ayudará a amortiguar un poco la caída de la economía doméstica que se pronostica para 2019, que la CEPAL la cifra en 1,8%.

2. Alza de exportaciones

Los despachos de empresas argentinas hacia Brasil ya experimentaron una interesante expansión este año, gracias al incremento del PBI de la economía vecina. En concreto, se espera que al cierre de diciembre superen los u$s11.000 millones, un 20% más que en 2017. Sin embargo, el potencial que hay por delante es muy superior.

Desde el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) plantean que un mayor empuje desde ese mercado abriría un espacio para que las ventas de productos albicelestes regresen a los niveles históricos.

“Volver a los niveles de 2011 implicaría casi duplicar las exportaciones argentinas a Brasil. También significaría casi triplicar las ventas automotrices a ese destino”, precisa Víctor Beker, director del CENE.

Además de vehículos, para la consultora DNI, se abren buenas perspectivas para otros rubros como alimentos, manufacturas plásticas y alimentos.

“Nuestro vecino supo explicar 25% del total de exportaciones argentinas y llegó a comprarnos productos por u$s17.000 millones en 2011. Por lo que se puede esperar una recuperación de la intensidad del vínculo comercial”, ratifica un informe.

3. Achicamiento del déficit comercial

Los efectos de un Brasil reactivándose ya se están palpando: entre enero y noviembre, el rojo comercial que sufrió la argentina en su intercambio con su mayor socio comercial alcanzó los u$s4.680 millones.

Si bien es una cifra abultada, es considerablemente menor a los más de u$8.570 millones registrados en igual período de 2017.

Sin embargo, para los expertos todavía hay mucho terreno por ganar. De hecho, desde Ecolatina postulan que, como consecuencia de un mercado brasileño más demandante y de una economía doméstica fría –que no impulsará importaciones- el déficit tenderá a achicarse aun más en 2019, a punto tal que se prevé el regreso del superávit comercial.

Y este saldo favorable con Brasil será clave para que la Argentina logre también un superávit de su balanza general.

En ese sentido, desde Ecolatina plantean que el resultado del intercambio con el resto del mundo terminará arrojando una cifra favorable en torno a los u$s6.000 millones.

4. Menor presión cambiaria

La relación comercial tan intensa entre ambos países generó, históricamente, que haya una marcada interrelación en el plano cambiario.

De hecho, cada vez que en el país vecino se produjo un salto del dólar, en la plaza local -en el corto o mediano plazo-, esto siempre terminó repercutiendo, dado que un real débil implica una fuerte presión para la competitividad local.

Dicha presión, que se siente especialmente en los períodos en los que arrecia el atraso cambiario, no es tan evidente en un escenario como el actual, en el que el valor del dólar duplica al de hace un año.

Sin embargo, la gran pregunta es qué sucederá en 2019, dado que un eventual real débil, sumado a una presión inflacionaria que se mantendrá en niveles elevados en la economía doméstica, implicaría un menor colchón de competitividad.

Frente a este interrogante, los expertos tienen buenas noticias para el equipo económico: diversas consultoras anticipan un “reenamoramiento” de los mercados con Brasil, lo que derivaría en un flujo de capitales más elevado, que mantendría al real bastante fortalecido.

“No hay riesgo de devaluación, por el contrario. Por eso prevemos que en 2019 la competitividad cambiaria de los productos argentinos se mantendrá en buenos niveles y esto ayudará a impulsar exportaciones”, plantean desde Center Group.

Como contrapartida a estos efectos positivos, los expertos marcan que hay algunas variables que meterán presión al mercado local, si bien podrían tener efecto recién a mediano plazo:

5. Las reformas brasileñas achicarán el margen de maniobra

Tras una reforma laboral intensa, impulsada durante el gobierno de Temer, Bolsonaro ahora va por una reformulación del régimen previsional. Y, en paralelo al achicamiento del Estado, también prevé avanzar con una quita de impuestos a las empresas.

En este contexto, desde Delphos Investment alertan que no alcanza con que la Argentina mantenga la velocidad crucero: “Lo bueno de corto plazo podría no serlo tanto en el mediano término si nuestro país no sigue el camino en materia de reformas estructurales que propone actualmente el equipo económico de Bolsonaro”.

Desde Center Group coindicen: “Cuando el flamante presidente avance con los cambios fuertes, le va a meter una presión enorme a la productividad de Argentina”.

Marcos Galperin, CEO del “unicornio” Mercado Libre, viene insistiendo en esa dirección: “En el mediano plazo, si no reformamos nuestro marco laboral, será muy difícil salir adelante. Argentina no genera empleo formal hace décadas”.

“Estratégicamente, tenemos vecinos y socios comerciales que tienen marcos laborales modernos. Así tenemos muy pocas posibilidades de ganar la competencia por las inversiones”, planteó, refiriéndose específicamente a Brasil.

6. Menos Mercosur

Otro punto que preocupa es que Bolsonaro anticipó en varias oportunidades que irá por “menos Mercosur y más acuerdos bilaterales”.

“Necesitamos liberarnos de las amarras del y avanzar hacia el bilateralismo. Brasil tiene autonomía para hacer comercio con todo el mundo”, agregó durante la campaña.

Frente a esta postura, se dijo que había una coincidencia con la visión de Macri, quien también habló de la ncesidad de un bloque más flexible. Sin embargo, para Segré estas no son buenas noticias para las empresas locales.

“Bolsonaro va a proponer una apertura del Mercosur para que los socios puedan firmar acuerdos de manera independiente. Y, si no lo consigue, directamente va a proponer convertirlo en una zona de libre comercio. Y esto no es positivo para la Argentina”, advierte.

¿Por qué? Básicamente porque –si esto finalmente ocurre- “pasarán a tener que pelear por ingresar al mercado brasileño, sin la protección que hoy les brinda el Arancel Externo Común y que encarece a los productos que llegan de países extrabloque”.

7. Presión para liberalizar comercio automotor

Por lo pronto, Bolsonaro ya anticipó que en 2020, cuando caiga el acuerdo automotor bilateral y se ponga fin al sistema de cupos, presionará para implementar un régimen de libre comercio.

“La industria automotriz brasileña es entre cuatro y cinco veces más grande que la nacional. Si entra en vigencia el libre comercio, entonces corremos el riesgo de perder inversiones y que el desbalance sea mucho mayor”, advierten desde la asociación de fabricantes de autopartes (AFAC).

Así, del impulso positivo en el corto plazo por la mayor demanda de autos, se podría pasar a un escenario menos favorable en breve, dado que las terminales locales perderían el marco de contención que hoy brinda el acuerdo denominado “Flex”.

8. Pérdida de liderazgo

Este punto se vincula con los intereses del macrismo, especialmente ante un eventual segundo mandato. Para el Presidente, su rol de líder regional jugó un papel clave en favor de la Argentina, comenzando por el apoyo de Donald Trump en su gestión para obtener el préstamo del FMI.

Sin embargo, para los analistas está claro que la gravitación de Macri como referente regional entró en una zona de grises tras el cambio de era en Brasil.

Ahora que Bolsonaro llega al poder, ese liderazgo de la Argentina podría entrar en pausa.

Marcelo Bermolén, profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral, señaló que “el contraste de época llevará a que Macri quede opacado ante la aparición de la nueva estrella regional, encarnada por Bolsonaro”.

Esto, agravado por el hecho de que el jefe de Estado argentino “atraviesa en su gestión una fuerte crisis económica, no cuenta con mayorías legislativas y no tiene asegurada su reelección. Esto contrasta con el contundente apoyo interno con el que Bolsonaro inicia su mandato, además de variables económicas más ordenadas en su país”.

Fuente: iProfesional