Banco Mundial: Nuevas formas de medir la pobreza

La lucha para poner fin a la pobreza extrema revela una dicotomía en desarrollo. Por un lado, la pobreza extrema continúa siendo persistente en algunos lugares del mundo, mientras que en otros ha llegado a ser ínfima o inexistente. En alrededor de la mitad de los países del mundo, menos del 3 % de la población vive con menos de USD 1,90 al día, pero eso no significa que ya finalizó la lucha para erradicar la pobreza en esos países.

Reconociendo esta divergencia, un nuevo informe del Banco Mundial titulado Poverty and Shared Prosperity 2018: Piecing Together the Poverty Puzzle (La pobreza y la prosperidad compartida 2018: Armando el rompecabezas de la pobreza) permite una mayor comprensión de la pobreza. Incorpora nuevas herramientas y medidas que ayudarán a los países a identificar mejor a las poblaciones pobres y a implementar las políticas apropiadas para desarrollar el capital humano y mejorar las condiciones de vida. 

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Entre 1990 y 2015, más de 1000 millones de personas lograron salir de la pobreza extrema, y actualmente la tasa mundial de pobreza es la más baja de que se tenga registro. En 1990, casi el 36 % de la población mundial vivía con menos de USD 1,90 al día, pero este número había bajado a una nueva tasa mínima de 10 %. Pronósticos preliminares indican que la pobreza extrema mundial ha disminuido al 8,6 % en 2018, superando la meta provisional del 9 % prevista para 2020.

Una gran parte de esta disminución se debe al crecimiento impresionante de Asia, en particular de China e India. Si bien la pobreza sigue bajando en el mundo, surgen algunas inquietudes debido a que el ritmo de disminución de las tasas es más lento. Si esta tendencia continúa, podría amenazar el logro del objetivo de poner fin a la pobreza extrema para 2030.

Eso se debe a que la pobreza se ha arraigado más en ciertas partes del mundo, sobre todo en África al sur del Sahara y en países afectados por conflictos. El número total de pobres en África al sur del Sahara ha aumentado. En 2015, vivía más gente extremadamente pobre en esa región que en todo el resto del planeta. Los pronósticos sugieren que, en 2030, casi 9 de cada 10 personas en situación de pobreza extrema vivirán en África al sur del Sahara y que la tasa de pobreza seguirá siendo de dos dígitos.

“Si bien los resultados en la reducción de la pobreza han sido asombrosos, no podemos dormirnos en los laureles del pasado”, dijo Carolina Sánchez-Páramo, directora superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Reducción de la Pobreza y Promoción de la Equidad del Banco Mundial. “Las proyecciones actuales presentan un panorama muy desalentador, pero realista acerca de las probabilidades de poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030. Eso significa que debemos renovar nuestra atención en África, y seguir haciendo las cosas como hasta ahora no será suficiente para alcanzar nuestro objetivo. Tenemos que invertir en las personas y asegurar que el crecimiento sea inclusivo, poniendo un mayor énfasis en el aumento de la capacidad productiva de los pobres”.