OCEPP – AGENDA ECONOMICA ABRIL 2021 – RESUMEN EJECUTIVO.
El gobierno corre una carrera por la inmunización, enfrentando un complejo dilema: si el ritmo de vacunación no se acelera y los casos siguen creciendo, el sistema de salud puede saturarse, lo que va a requerir la implementación de restricciones más fuertes.
La solución no es sencilla, el delicado contexto social de alto desempleo y alta pobreza limita la capacidad de la población de soportar nuevas restricciones. A la vez, existen tensiones entre aplicar políticas de apoyo a los sectores afectados y el contexto macroeconómico, marcado por las tensiones financieras y cambiarias por un lado, y la necesidad de impulsar la recuperación económica por el otro.
El país afronta la segunda ola en un escenario de 42% de pobreza y en la cual el promedio de los ingresos familiares bajo la línea de pobreza se encuentra cada vez más deteriorado frente a la Canasta Básica Total. El año pasado este aumento de la pobreza se asoció principalmente al aumento del desempleo en el sector informal.
Paliar el efecto negativo de la pandemia en general y de las restricciones en particular sobre el empleo y los ingresos requiere medidas de apoyo enfocadas en sostener no solo los ingresos sino también en evitar una mayor destrucción de empleo. Esta situación entra en conflicto con el plan macroeconómico del gobierno y el contexto económico-financiero que en los últimos meses pudo mostrar un crecimiento de las reservas internacionales con estabilidad cambiaria.
A medida que se relajaron las restricciones por el fin de la primera ola tanto el déficit fiscal como el financiamiento del Banco Central se redujeron. En el Presupuesto 2021 se preveía que esta situación se mantenga, ya que se estimaba una reducción del déficit fiscal a la mitad del de 2020 y un financiamiento de la autoridad monetaria por apenas de 11% del total. Esto contrasta con el 2020 donde la emisión financió el 79,8% del déficit fiscal. La segunda ola y las recientes complicaciones para refinanciar la deuda en pesos pueden trastocar estos planes.
Para el mediano plazo se consolida una recuperación en forma de pipa, donde los niveles de actividad económica pre-pandemia se alcanzarían recién en 2023 o 2024. Este crecimiento no alcanza para paliar la situación social, en especial los altos índices de pobreza. Asimismo, la distribución del ingreso en el contexto de un PIB que es un 16% inferior a sus máximos históricos luce insuficiente para resolver el problema.
Fuente: Observatorio de Coyuntura económica y Políticas Públicas